V Congreso Literatura Romántica La Coruña. Mis reflexiones.

Por Teresac
Este fin de semana, 1 y 2 de julio en concreto, se ha celebrado el V Congreso de Literatura Romántica de La Coruña, que cada año desde hace seis, organiza y dirige con la profesionalidad que la caracteriza, Trinidad Palacios. Como habréis leído ya muchos comentarios y visto un millón de fotos en las redes, yo me voy a centrar en dos reflexiones que me deja en concreto este Congreso de 2016. En cuanto a las palabras de Trinidad Palacios en la presentación del evento, que tan aplaudidas fueron, y que se podrían resumir en esta frase “el género romántico no necesita que lo dignifiquen porque no es indigno”, solo quisiera aclarar el error de concepto de los que tanto defienden, en otros eventos, foros y corrillos, el tema de la “dignificación”. (Puedes ver el vídeo de la apertura, y otros vídeos del Congreso, a través de Periscope en la cuenta de Nínive L. Ble, aquí:https://www.periscope.tv/Nini_Ble/1kvJpZEmmRgKE).

El concepto, decía, es erróneo, porque hablan de “dignificar” cuando quieren decir “poner en valor”. Antes que nada, quiero aclarar este otro término. Esta es la definición de la Fundeu: La expresiónponer en valor, que elDiccionario del español actual, de Seco, Andrés y Ramos, define como ‘hacer que algo o alguien sea más apreciado, resaltando sus cualidades’,es una construcción adecuadaen español, que sigue una pauta de formación similar a otras expresiones asentadas comoponer en claro,poner en peligroyponer en cuestión.Así,frente averbos comovalorar ovalorizar, posibles alternativas aponer en valor, esta expresiónañade un matiz de reivindicación a lo que se valora.”

Y eso, gentes de la romántica, lectoras, escritoras, editoriales, etc., es lo que tenemos que hacer entre todas, apreciar el género en lo que vale, y resaltar sus buenas cualidades, trabajando, los escritores, para ofrecer grandes historias a los lectores; cuidando las ediciones, por parte de las editoriales; y desterrando los prejuicios, los lectores.Reivindiquemos así un género que nos da, a todos, tantas horas de buenas lecturas, entretenimiento y conocimiento. Y que nadie nos convenza de que es obra menor dentro de la literatura, y por ello solo digna de menosprecio.
Y una segunda reflexión sobre el Congreso, referida en este caso a las edades de las participantes. Este año hemos contado con la lectora más joven, creo, que ha asistido a un evento, a pocos días de cumplir trece años; y en la otra banda situaríamos a las lectoras sénior, alguna ya con nietos, y el mismo entusiasmo por la buena lectura y los encuentros literarios. En general la vida en sociedad tiende a separarnos por edades, hay espacios de diversión para jóvenes, para maduros y para mayores, hay parques para niños y para abuelos, actividades físicas o culturales dirigidas a edades concretas, etc. Sin embargo aquí, al calor de la buena literatura, te puedes encontrar en un grupo donde alguien te lleva diez o veinte años, y a tu vez le llevas diez o veinte años a otra lectora, y las barreras de la edad se difuminan y se olvidan por completo.El mismo libro que acabas de leer y te ha encantado, lo han leído lectoras de todas las generaciones, con similar entusiasmo, y eso te une y te acerca, y te lleva a compartir un espacio en el que no hay separaciones, ni de edad, ni de procedencia, ni de cultura, ni de sexo, aunque sean pocos los hombres que acudan a estos eventos. Os animo, a los que nunca hayáis acudido a un evento así, a probarlo y comprobar en primera persona lo divertido y enriquecedor que resulta.
Y desde aquí, sin permiso ni conocimiento de Trinidad Palacios, organizadora del Congreso, me atrevo a invitaros ya al próximo, que será, como siempre, el primer fin de semana de julio en la preciosa ciudad de La Coruña. Los que vivimos en Galicia, sabemos mejor que nadie la dificultad de llegar hasta aquí, no hay buenos medios de transporte público y estamos en la esquina más alejada de la Península, precisamente por eso os digo que lo apuntéis cuanto antes en vuestras agendas, para poder organizar el viaje con calma. Como os dirá cualquiera que haya venido alguna vez al Congreso, el esfuerzo vale mucho la pena y se verá bien recompensado. Nos vemos en julio de 2017.