Fiel a la cita llegó la cena que reúne cada mediados de agosto a los amigotes. A modo de concurso 10 platos compitieron para tener el honor de organizar el evento del año que viene.
En este caso la organización recayó en un servidor y en Jordi y Carles pues los ganadores del año pasado se escaquearon. Cualquier escusa es buena y en este caso decidieron ser padres diez días antes del evento para librarse del marrón organizativo.
No problem, tomamos las riendas el tridente y nos pusimos manos a la obra. Para aligerar responsabilidades y trabajo la cena tuvo lugar en un restaurante de La Llacuna, Ca la Maria, que habilitó un espacio para tal evento. Nos proporcionó además del local la bebida y la música y la promesa que sería la mejor de las ediciones. Y así fue (o no que todas han sido perfectas) y estuvimos hasta altas horas primero comiendo, luego bebiendo, más tarde cantando, bailando, karaokeando... hasta arrastrarnos de nuevo a los respectivos hogares.
Nueve platos y el nuestro que participaba fuera de concurso...
Y los ganadores fueron: