Me gusta estar en la playa en top-less, es decir, sin sujetador, parte de arriba del bikini o como queráis llamarlo. Me gusta que el sol me de en los pechos, me siento cómoda, libre, sin apreturas. Pero parece que hay opiniones para todos los gustos.
Yo no critico, opino o miro a otras mujeres u hombres por ir a la playa con bikini, bañador, tanga, shorts, bañador largo, corto. Creo que cada uno ha de ser libre para elegir, y sobre todo debe sentirse cómodo con su elección.
Y aunque parezca sorprendente, en estos tiempos, todavía te miran las tetas. Yo comprendo que el pecho femenino es objeto erótico, hasta ahí podría entenderlo. Pero no te lanzan miradas lascivas, solamente, que haberlas también las hay. Te miran mujeres, jóvenes, maduras, mayores, en sus ojos (aún a través de las gafas de sol, que manda narices) puedes leer sorpresa, desaprobación, hasta asco. En los hombres,...., se suele leer una sola cosa aunque unos son educados y otros descarados.
Mis pechos son pequeños, poco llamativos, por tanto entiendo menos tanta mirada, pero haberlas haylas. Y me sorprende también el escándalo que provoca aún, en estos tiempos, el cuerpo humano. Veo a mujeres hacer auténticos malabarismos con la parte de arriba de sus bikinis, nudos imposibles, para conseguir que se vea mucha mama pero no el pezón ni la areola. ¡¡Qué artistas!!. Veo jugar en el agua a mujeres jóvenes y no tan jóvenes hiperpendientes de que su delantera siga colocada en su sitio, con verdadera vergüenza si una teta se escapa de su lugar. ¿Tan problemático es que una teta sea vista?. ¿Por qué sentimos tanta vergüenza de nuestro cuerpo?.
Confieso que no siempre voy de esta guisa a la playa. Según a qué playa vaya me pongo o me quito el sujetador, no por nada, sino porque en determinadas zonas puede ser incómodo de verdad, soportar miradas babosas a veces es incluso desagradable.
Señoras mías, disfruten y olvídense de posturas de sujetador imposibles, échense buena crema protectora y luzcan sus pechos al sol. Caballeros, no se espanten por ver tanta hermosura, tantos pechos, controlen un poco sus miradas, pero miren ¡claro que sí! que tampoco pasa nada. Pero a unos y otros me atrevo a decirles ¡¡¡respeten!!!. Ya sean pechos grandes, pequeños, turgentes, jóvenes, maduros, ancianos, colgantes, separados, erectos, pimientajos, bonitos o feos, cada mujer puede y debe elegir cómo desea llevarlos.
Yo elijo llevarlos destapados, me gusta, me es cómodo. ¿Y vosotras?. es porque resulta bastante presuntuosa, o quizá porque Singleton quiere convencerme de que cree en la igualdad de razas por medio de su película con el hecho de usar protagonistas de ambas razas a los que les adecua un secundario esplendido de igual forma y con diálogos y conversaciones donde se nos repite una y otra vez que somos iguales, que tenemos las mismas oportunidades, que tenemos los mismos errores, que hay patanes y héroes en los dos bandos y un largo etcétera, eso se nota mas entre las conversaciones/discusiones del victimizado y sufrido Malik (Omar Epps) y el centrado profesor Maurice (Laurence Fishburne) pero fuera de eso es obvio y entendible que el director se decante para con su raza y que en todo momento muestre su "supremacía".