Título original: Pranzo di ferragosto
Director: Gianni Di Gregorio
Guionistas: Gianni Di Gregorio
Simone Riccardini
Intérpretes: Gianni Di Gregorio
Valeria de Franciscis
Marina Cacciotti
Maria Cali
Grazia Cesarini Sforza
Alfonso Santagata
Productor: Matteo Garrone
Fotografía: Gian Enrico Bianchi
Música: Ratchev y Carratero
Montaje: Marco Spoletini
Nacionalidad: Italia
Año: 2.008
Duración: 75 minutos
Edad: Todos los públicos
Género: Comedia, Drama
Distribuidora: Alta Classics, S. L. Unipersonal
Estreno: 22-05-2.009
Página WEB: Web Oficial de la película en Italia
Web Oficial de la distribuidora en España
Tráiler de la película en You Tube
Calificación:
Crítica: 7,384 Espectadores: 149.833
Vizcaya: 6,752 Recaudación: 878.150,26 €
España: Puntos (Popularidad): 0
Rugoleor: Índice de popularidad: 0
Sinopsis:
Gianni, un romano del Trastevere, vive en la casa familiar con su madre viuda. El día antes de ferragosto, el administrador de la comunidad le sorprende con una propuesta muy poco habitual: que acoja a su madre en su casa durante los dos días festivos. A cambio, le ofrece deducirle las deudas que ha acumulado durante años en los gastos de la comunidad. Gianni acepta, pero poco después el administrador se presenta no sólo con su madre, sino también con su tía. Todo se va enredando cada vez más y poco después su amigo y médico de cabecera, que tiene que estar de guardia en el hospital, le lleva también a su madre... Gianni, agobiado y sobrepasado por el choque de personalidades de las cuatro mujeres, se dedica heroicamente a tenerlas contentas. El resultado es que una bocanada de vitalidad, de locura y de frescura invade la vieja casa en el centro de Roma.
Gianni Di Gregorio –uno de los guionistas de “Gomorra”- consiguió un inesperado éxito al debutar con un film rodado en su propia casa que también ha escrito y protagoniza, rodeado de amigos del barrio. La sencilla historia de un hombre que, cuando llega agosto, no solo ha de cuidar se su anciana madre. También se verá abocado a cuidar de otras cuatro entrañables viejecitas con las que convivirá a lo largo de una calurosa e inolvidable jornada en una Roma prácticamente desierta.
Crítica:
24.05.2009 – ANTON MERIKAETXEBARRIA
Lección de vida
Todo el mundo desea vivir muchos años, pero nadie quiere ser viejo. Por eso llama la atención ahora que un debutante realizador de más de 50 primaveras, Gianni Di Gregorio, se atreva a ofrecernos una película protagonizada por cuatro maravillosas ancianas y realzada por una generosa lección de vida. Cuatro abuelas incorregibles, atendidas por un pícaro en paro, pero con un corazón de oro, dispuesto a convertirse en el cuidador de todas ellas en el tórrido agosto de la Ciudad Eterna. Sencilla premisa argumental, que entronca de forma natural con las mejores comedias italianas de cualquier época, incluidas “Rufufú”, “Pan, amor y fantasía” o “Todos a casa”.
El tono amable, distendido de “Vacaciones de ferragosto” no debe hacernos olvidar el drama que se oculta tras su aparente frivolidad, cuando el abandono de ancianos se incrementa en la época veraniega. De ahí que Di Gregorio nos coloque ante un espejo por medio de una película agridulce, que se ve en un suspiro, por cuanto nos gustaría saber más de sus entrañables protagonistas, una vez finalizada la proyección. Sentimientos a flor de piel que surgen de manera gozosa, espontánea, gracias a las peculiares situaciones que conforman la historia, disfrutable de principio a fin.
Película pequeñita, humilde, intensa, un verdadero modelo, sin presupuestos millonarios ni efectos especiales, destinada a todos aquellos que creen que la verdad está más allá -siempre más allá- de las simples apariencias. Esta gracia, a veces candorosa, suple las insuficiencias del novel realizador y sus torpezas pesan poco ante una tal lucidez, elegancia y sentido del humor. Porque es todo tan humano y está contado de forma tan humana, que a la postre no queda más remedio que rendirse ante el pálpito vital que desprende el filme, tan lleno de ternura e ironía sin malicia, que nos deja entrever la pena de unas vidas solitarias. Y es precisamente esta delicadeza en la expresión lo que confiere a “Vacaciones de ferragosto” su verdadera trascendencia.