Vacaciones, esas palabras tan maravillosas que todos esperamos. Unos días para escaparnos de nuestra rutina, ver otros sitios y descubrir nuevas sensaciones.
Y más que nunca de pequeños, cuando todavía tantas cosas pueden sorprendernos y queda mucho para ser hombres.
Micoby trae en esta historia un recuerdo, una nostalgia de un tiempo que pasó hace tiempo para muchos de nosotros, de aquella época en que somos adolescentes y ya no queremos viajar con nuestros padres, esos días en que el amor se nos muestra como algo nuevo y maravilloso y, principalmente, desconocido para nosotros.
Todo eso y más es lo que tendremos en estas “Vacaciones” en las que un grupo de amigos, que se conocen en un camping, descubrirán muchas cosas por primera vez, con una vida (la de niños) que se quedará atrás y no será todo más que un hermoso pensamiento al que evocaremos de cuando en cuando.
Valiéndose de unos personajes bien estructurados, aunque no por ello vacíos de tópicos (la guapa, el tímido, el gordo...), de un entorno más que conocido por todos (una playa en los días veraniegos) y de situaciones que nos resultan totalmente cercanas, todo ello coronado con un dibujo de carácter algo simplista y con fondos ausentes o poco trabajados los cuales ayudan todavía más a esa idea de recuerdo en la que se basa toda la obra.
Esta es una lectura muy válida, y sin duda adecuada para la época en que nos encontramos, pero quizá en ese intento por reflejar un cambio tanto físico y mental (el paso de la infancia a la adultez) llega a excederse con un momento final que se encuentra totalmente en oposición al resto de la obra y que, al menos desde cierto punto de vista, es innecesario en el desarrollo general de la historia.Unas páginas cálidas, suaves y dulces con las que muchos recordaremos esos primeros besos de un verano y aquellos amigos que eran los mejores durante unos días al año.