Salvo que se me haya terminado de derretir la neurona (y podría estar pasando), también estaré aprovechando para leer alguno de los libros reservados para estas semanas. Por ejemplo, “Un verano con Montaigne” de Antoine Compaignon, por el que sentía curiosidad hace tiempo y pensé que nunca mejor que ahora, que es verano y pasaré por Burdeos. También me acompañará “Enterrado en vida” de Arnold Bennet, que me recomendó Mónica Serendipia, y seguro que algo más caerá por el camino. Siempre hay librerías que te asaltan por la espalda, ferias, mercadillos y otras canalladas que una bibliomaníaca no consigue eludir.
Disfrutad de este agosto, sobre todo si estáis de vacaciones.