Vacío & Guerra

Por Ktikaa @XKRedes

#362Vacío  El polvo no se puede acumularSi allí no hay espejo. Algunos han comparado a un alma pura 

con el brillo inmaculado de un espejo perfecto.

Otros han replicado que si no hay espejo en primer lugar, 

no puede haber algo que mancillar. 
El alma está vacía. 

No deberíamos pensar sobre nuestras almas 

como algo discreto y separado del resto de la creación.
 Somos, en efecto, uno con todo, 
por lo que no hay necesidad de pensar 
en nuestras almas como entidades aisladas. 

Así, es el concepto de un alma 

como ente separado lo que está vacío. 


Es imposible vivir en este mundo 

y no ser mancillado por él. 
El polvo rojo se asentará sobre ti 
sin importar qué tan frecuentemente lo limpies. 
Es bueno procurar la pureza, 
pero si concibes la pureza como una lucha 
contra la mugre y el polvo del mundo, 
te condenas a ti mismo a la obsesión y a la futilidad. 
La única manera de lograr pureza real 
es darte cuenta de tu unicidad esencial con todas las cosas.

 Si tú eres uno con todo, 
entonces incluso la mugre es pura. 
Para que eso pase, debes trascender 
todas las distinciones en ti mismo, 
resolver todas las contradicciones.
 Con este borrón, el alma brillante 
como espejo y el polvo son ambos disueltos 
en una única pureza. 

La meditación de hoy para el hemisferio norte es la #179, Guerra179

Guerra

Las armas son instrumentos funestosBlandidas por los ignorantes.Si su uso es inevitable,Los sabios actúan con circunspección.El mayor pesar es ser un veterano,testigo de las atrocidades de la humanidad.



Si sostienes un arma auténtica en tu mano, 

sentirás su carácter con fuerza. 
Ruega ser usada. 
Es aterrador. 
Su único propósito es la muerte, 
y su poder no está sólo en el material 
del que está hecha, 
sino también de las intenciones 
de sus fabricantes.

Es lamentable que las armas deban usarse a veces, 

pero ocasionalmente la supervivencia lo exige. 
Los sabios van a las armas sólo como último recurso.
 Nunca se regocijan en la habilidad de las armas, 
ni glorifican la guerra.


Cuando la muerte, 

el dolor y la destrucción 
son impuestas sobre lo que tienes 
por lo más sagrado, 
el precio espiritual es devastador. 
Lo que duele más que el propio sufrimiento 
es presenciar el sufrimiento de otros. 
El remordimiento de ver lo peor de los seres humanos 
y el puro dolor de no ser capaz de ayudar a las víctimas 
no puede ser redimido nunca. 

Si personalmente vas a la guerra, 
cruzas la línea tú mismo.
Sacrificas tus ideales por la supervivencia 
y el furor de la matanza. 
Eso te altera para siempre. 
Es por eso que nadie se apresura a ser un veterano. 
Piensa antes de querer cambiar tan irrevocablemente. 
Lo que está en juego no es meramente la propia vida, 
sino nuestra humanidad misma.
Vía Vivir Tao