Valdano

Publicado el 07 junio 2011 por Alejandropumarino

Desde que el peculiar “Mou” aterrizó en el Bernabéu, la salida de Jorge Valdano no fue más que la crónica de una muerte anunciada. D. José, el silencioso ayudante o segundo entrenador del Barcelona, no podía consentir que alguien ocupase con derecho propio, una mínima parte de la atención que dedican los medios al club, y tampoco las intrigas del argentino en Chamartín, que supo mantenerse con distintos presidentes y técnicos. Me apena Valdano. El pobre solo percibirá unos seis millones de euros por lo que le restaba de contrato, al margen de los emolumentos que hubiese tenido como técnico y como jugador en el pasado. Me lo imagino buscando piso en Vallecas o Alcobendas y con los típicos apuros para llegar a fin de mes. El único mérito de D. Jorge, ha sido dar patadas a un balón y hablar de fútbol como si de política internacional se tratase, sobre todo, dándole la misma importancia; el éxito lo tenía asegurado en países como el suyo, o en el nuestro, en el que el periódico de ámbito nacional y mayor tirada, sigue siendo el Marca. Los sindicatos pueden vivir tranquilos mientras haya un Madrid Barça en el horizonte inmediato; el número de parados puede aumentar, la economía hundirse, las familias perder el bienestar social que disfrutaban hace pocos años; aunque las estadísticas demuestren que la preocupación de los españoles es el paro o el terrorismo, la realidad demuestra que las conversaciones a pie de calle, versan sobre el fútbol y no sobre los problemas reales de la ciudadanía. El espíritu de Roma no está en el mármol del senado, sino en la arena del coliseo. Tenían razón en la película(*).

(*) Gladiator, Ridley Scott, 2.000