Foto del diario .lasprovincias.es
Antes de nada, creo que tengo motivos para estar muy cabreado, y quiero hacer una pequeña reflexión sobre las mentiras que los políticos que en cualquier parte de España sueltan cuando se les calienta la boca y lo hacen con cierta facilidad, sobre todo ante un micrófono o una cámara de televisión. Una de las prácticas más comunes de los políticos: Es “decirle a la gente lo que quiere escuchar”. Y lo sorprendente es que sigue funcionando, siendo muy alta su eficacia a la hora de influir y movilizar a la opinión pública. Para muchos, es una estrategia infalible cuando de obtener resultados predecibles se trata o para controlar a las personas y disminuir a su mínima expresión el riesgo de que alguien se salga de la senda marcada.Además tengo muy claro que la política de este país se ha convertido en un estercolero y los partidos políticos se han transformado en sitios cerrados y opacos a la vista del resto de los ciudadanos. Se supone que un político cuando ocupa un cargo de responsabilidad, debe de olvidarse de sus ideas y trabajar para todos. Pero la realidad no es así, y sus promesas antes de tomar la vara de mando se las lleva el viento. En una ciudad como Valencia, en teoría se tiene que consensuar las decisiones que el Ayuntamiento toma, con las asociaciones vecinales y comerciantes cuando pueden perjudicar a ciertos colectivos como son los vendedores del Mercado central y comerciantes en general del centro histórico de Valencia.
Así pues cada vez somos más los ciudadanos que nos consideramos poco o nada, las decisiones no son tomadas directamente por quienes formábamos parte de esta ciudad, sino solo por los políticos. Es materialmente imposible que todos decidamos todo en sociedades cada vez más complejas ”esto lo tengo muy claro”. Resulta muy difícil llegar a consensos con todos en la toma de decisiones con los que nos gobiernan (…) por supuesto. Pero no puedes cerrar el centro histórico en Navidad al tráfico, sabiendo que si no pueden entrar con el coche a comprar se buscaran otros sitios en donde puedan ir con el coche y la familia, esto es una perdida enorme para los que viven del comercio y de la venta de sus productos. Lo más triste que el alcalde y compañía lo han hecho a las bravas.
Por tanto el alcalde de Valencia Ribó y el concejal de movilidad el italiano “Giuseppe Grezzi, tienen cabreados a todo el mundo” y esto es una realidad indiscutible. Pero la escena de los comerciantes del Mercado Central, artos de ver como las decisiones que toma el consistorio les están arruinando, entrando por la fuerza en el Ayuntamiento es un hecho que demuestra el hartazgo que estamos los ciudadanos de estos políticos mal llamados del cambio y de la nueva política. Los agentes de guardia al verlos venir cerraron las puertas para que no pudieran acceder al interior, pero no lo consiguieron, llegando hasta el primer piso. Y como nos tiene acostumbrados el alcalde se negó a reunirse con ello. Y ante la amenaza de desalojarlos por la fuerza, los comerciantes abandonaron la Casa consistorial. A este cabreo se han unido la Asociación de Comerciantes del Centro Histórico y del Ensanche, que, hicieron público una durísima nota de prensa en la que acusaban al concejal de movilidad Giuseppe Grezzi, de “arruinar las navidades”.
Las últimas noticias es que el alcalde Joan Ribo recula en parte y retrasará los cortes de tráfico y por lo tanto una victoria a medias para los comerciantes. Si hubiera habido dialogo este lio se podría haber evitado. Así lo único que han conseguido es que Vox haya anunciado que su primer objetivo en Valencia en las próximas elecciones, es tirar a Joan Ribó...y lo conseguiá.