El cardiólogo catalán Valentí Fuster afronta “ilusionado” el reto de liderar la lucha contra la obesidad infantil en España, un problema para el que se necesita crear en los niños “un nuevo estilo de vida”, que tardará años por los cambios culturales que precisa.
“La clave está en inculcar a los niños la importancia de la salud para que en el futuro sean adultos sanos y eso es algo cultural, que llevará años”, dijo hoy el cardiólogo durante una entrevista con Efe en Nueva York, en donde dirige desde hace casi dos décadas el Instituto Cardiovascular del hospital Mount Sinai.
Fuster señaló que ha aceptado “con ilusión” la propuesta del Gobierno español de presidir el Observatorio de la Nutrición y Estudio de la Obesidad, cuya ratificación comunicó el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad el pasado 4 de julio.
Advirtió que “lo verdaderamente preocupante” de la obesidad son sus consecuencias, un amplio abanico de problemas de salud que van desde presión alta y alteraciones del colesterol hasta diabetes.
Fuster recordó que lleva varios años trabajando en este campo a través de su fundación Science, Health and Education (SHE) de Estados Unidos, para educar en “hábitos saludables” a niños y adolescentes de entre 3 y 16 años “porque muchas enfermedades cardiovasculares nacen de malas costumbres” adquiridas en esa etapa.
Casi el 45 % de los niños y niñas de seis a nueve años en España sufre exceso de peso, según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), cuyo último estudio sobre alimentación, actividad física, desarrollo Infantil y obesidad detalla que el 26,2 % presenta sobrepeso y el 18,3 % obesidad.
“Lo importante es atacar el problema desde un enfoque integral, en el que estén incluidos niños, padres y profesores”, añadió a Efe el eminente cardiólogo, que en 1996 fue Premio Príncipe de Asturias de Investigación por sus descubrimientos sobre el origen de los accidentes cardiovasculares.
A corto plazo, el objetivo es impulsar una nutrición apropiada, acabar con el sedentarismo, inculcar la importancia del ejercicio físico y que los niños entiendan que la salud es un asunto prioritario, “un nuevo estilo de vida” que, según advirtió, llevará “años” hasta que dé resultados.
Un reciente estudio reveló que el 90 % de los niños españoles de uno a tres años consume más del doble de las proteínas diarias aconsejadas por una ingesta excesiva de leche de vaca y carne, y casi la mitad supera en el 30 % las recomendaciones internacionales, lo que aumenta el riesgo de desarrollar obesidad en el futuro.
El primer paso de Fuster al frente del nuevo observatorio será estudiar el alcance de la obesidad infantil en España “para saber qué está pasando con precisión” y a partir de ahí trabajar para determinar cuáles son las “mejores armas” para combatir este creciente problema de salud pública.
Entre las funciones del organismo estará recabar información sobre los hábitos alimentarios y analizar los datos sobre la publicidad de alimentos, con especial atención a la dirigida a los menores, y proponer al Ministerio iniciativas para luchar contra el exceso de peso en la infancia y adolescencia.
“Tenemos que empezar a darnos cuenta de que la obesidad no es un problema de un grupo de población, que nos afecta a todos, que no podemos perdernos en el bosque y que hay que afrontarlo de manera integral”, añadió Fuster, que también dirige el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) en Madrid.
Sin querer establecer cuotas de responsabilidad, sí critica la “fase consumista” en la que se ha instalado la sociedad en estos “tiempos modernos”, donde la televisión y los ordenadores han sustituido al ejercicio físico y el aire libre.
“El reto es complicado pero no soy pesimista. Eso sí, tardaremos en ver resultados porque los cambios culturales necesitan tiempo. Crear un estilo de vida nuevo no se hace en dos días”, reiteró el médico, quien aboga por huir de las “varitas mágicas” a corto plazo.
España es el segundo país europeo con mayor tasa de sobrepeso y obesidad infantil después de Grecia, y es un problema en aumento. Del estudio PAIDOS, de 1984, en que se cifraba en el 6,4 %, se pasó al 16 % del ENKIN (1998-2000) y al 18,3 % del ALADINO (2011), el último disponible.
Fuente: EFE