Estoy en la habitación del hospital mirando a uno de mis hijos y pienso en Andrea y en sus padres.
No hay ninguna profesión que luche más por preservar la vida que la de médico. (O así debería ser).
No hay ninguna condición que vele más por la vida que la de padre.
Eso cae de cajón. Todos lo sabemos.
Ah no… Todos no. Cierta asociación (oportunista) no se ha enterado.
Y ya que os proclamais paladines de WTF?, yo también alzo mi voz, oh señor, y en verdad os digo hermanos:
Dejad ya de meteros donde nadie os llama. Pesados. O dicho de otro modo, sutil y castizo:
A mamarla a Parla.
No vais a conseguir nada. Nada más que hurgar en la peor herida que pueda sufrir un padre. Y eso no es cristiano, ni budista, ni mahometano. Esto que estáis haciendo es inhumano. Punto.
“¿Por qué lo digas tú? ”
Exacto. Veo que nos vamos entendiendo. No pintais nada en esta historia. Sois la canción que uno se salta en el coche; el humorista sin gracia…tan innecesarios como molestos. En vuestra página se os llena la boca con diatribas endebles sobre el negocio de la eutanasia (que ni siquiera es el caso). ¿Por qué no habláis de otro negocio? El de las religiones (así en general) y después comparamos cifras y debatimos como buenos cristianos.
Probad a crucificaros un rato y dejadnos en paz.
Andrea Lago, valiente.