Valientes cobardes y viceversa

Publicado el 17 octubre 2017 por Cronicasbarbaras

Carles Puigdemont ha demostrado ser un cobarde valiente: le acobarda la posible reacción virulenta de sus aliados de ERC, las CUP y los brigadistas de la ANC y Omnium Cultural si retrocede y niega haber declarado la independencia, y es valiente, aunque poco, al enfrentarse al Estado y forzarlo a aplicar duramente el Art. 155 de la Constitución que permite al Gobierno administrar Cataluña.

Así se libra de un gran problema, porque el Estado es mucho más indulgente que sus fanáticos acompañantes en la aventura separatista, capaces de las ejecutar las mayores crueldades con los traidores.

Mariano Rajoy demostrará ahora si es un cobarde valiente, como el presidente catalán contemporizando con él dejándolo gobernar mientras aplica levemente el 155, o si es un valiente cobarde que ocupa parcialmente la administración catalana sin Puigdemont, pero con tal cautela que sólo atenuará temporalmente este embate del fascismo nacionalista.

Lo necesario es que sea valiente sin adjetivos adoptando la salida más eficaz al problema pese a su coste ante los independentistas: demoler económica, moral e intelectualmente el nazionalismo dejándolo malherido mucho tiempo.

El Estado debe recuperar durante varios años las competencias de interior, educación y gasto que pudiera fugarse hacia aventuras independentistas, también colaborando con posibles gobiernos del PSOE o de C’s.

Esta es la opción más apoyada por la inmensa mayoría de los comentaristas en las redes sociales y por los foreros en los medios informativos catalanes en español, que siendo tan coincidentes señalan lo que podríamos llamar una voluntad colectiva.

El nacionalismo supremacista catalán de amos de plantaciones para los que los demás españoles son negros sureños, requiere la reacción de un valiente sin adjetivos Abraham Lincoln, en este caso sin guerra, con la determinación antisecesionista de imponer radicalmente la ley.

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