Al fin la mata de guineos manzanos parió su racimo. Eso, a pesar de los caculos que se comían las hojas, del exceso de lluvia, de la no lluvia, de la tormenta platanera, de los caracoles y de que el tronco estaba negro y flaco.
La sembramos en febrero del 2009. Un ex compañero de trabajo me la regaló antes de acogerse al retiro y es ahora en diciembre del 2010 que nos estamos saboreando estos deliciosos guineos.
Un día que pasó a visitarnos al trabajo me preguntó "y los guineos?" Le conté que la mata aún no había parido y que el tronco estaba flaco. Me sugirió "échale malathion, que eso es un gusano que le dá en las raíces!" Le dije que no, que no había forma que yo usara eso, que mejor se moría la mata. Entonces me dijo que le echara el agua del lavado de ropa.
Eso hicimos y la mata se pusó bonita, pero no paría. Robert me decía, "ten paciencia, esas matas siempre paren." Un buen día echó una hoja diferente a las demás, y de esa, salió la flor o la pámpana como le dicen por aca.
Luego fueron saliendo los racimitos de guineos flaquitos, mientras el tallo se alargaba y a la pámpana se le iban cayendo los pétalos.
La palabra guineo la heredamos del Africa y el nombre científico para el genero es Musa.