Valle de Estós

Por Gabriel Fernández Muñoz

Video desde el Ibón Gran Batisielle
La Ruta Valle de Estós - Ibón Gran Batisielles es uno de los senderos que más nos ha gustado, sino el que más, transcurre por el Valle de Estós, un valle ámplio, verde, salpicado de bosques, y rodeado de picos de más de 3.000 metros. Gran parte del sendero transcurre paralelo al Río Estós.

Provistos de mochilas y bastones comenzamos la ruta en el aparcamiento ubicado al inicio del vale, e inmediatamente tomamos el sendero que remonta el Río Estós rodeado de impresionantes montañas, coincidiendo con la senda marcada GR-11, pasamos junto a un pequeño refugio pastoril, la Cabaña de Santa Ana (1.540 m), donde descansamos y tomamos algunas fotos, desde este punto ya se divisa el Pico Perdiguero (3.222 m). Continuamos la pista hasta encontrar el desvío a la izquierda que nos conducirá tras una subida que en algunos puntos tiene un poco de dificultad, hasta el Ibonet de Batisielles, ya es un espectáculo estár en este lugar, un pequeño lago en medio de una densa vegetación y rodeado de montañas de más de tres mil metros de altitud, un maravilloso paisaje. 


Llegados a este punto de la ruta, se separa en tres, un sendero se dirige a el Ibón de Escarpinosa y otra senda, que va al Ibón Gran Batisielle y una tercera senda que conduce al Refugio de estós, tomamos la que nos conducirá al Ibón Gran Batisielles tras un ascenso de casi una hora por sendas que con un zig zag interminable atraviesa un precioso bosque y con tramos por los cuales cruzamos canchales. A medida que vas ascendiendo el pasiaje se hace cada véz más grandioso, con unas vista del valle que jamás olvidaremos. Tras la dura subida llegamos inesperadamente al Ibón Gran Batisielles (2.250 m), un lugar con un encanto especial donde pasamos un largo rato, nos quedamos a comer en la orilla de este hermoso lago, rodeados de montañas impresionantes y un gran silencio.

Después de disfrutar de nuestro descanso y de hacer bastantes fotografías y algún que otro video del lugar emprendemos el descenso que en algunos tramos se hace algo peligroso, pero llevadero por el magnífico paisaje y por la satisfacción de este gran día en el Pirineo Aragonés. Una ruta muy recomendable, es más, nadie se debería ir del pirineo sin visitar este lugar.

Pero había algo más, una sorpresa que nos deparaban los Pirineos, habíamos escogido el día más oportuno para hacer la ruta, el día en el cual había mudanza de casi 800 vacas de un monte por donde transcurría la ruta hasta otro monte cercano a Cerler, y durante parte de nuestro descenso acompañamos a los pastores y el ganado hasta el aparcamiento. Una maravillosa experiencia, sin duda.

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