Agua fresca, cristalina, baño de luz y colores que cuela en las pozas y vierte en sus cascadas, ruido placido que calma el alma y transporta los sentidos.Cierra los ojos y escucha, sentirás, deleita tu vista y tus sentidos, en el agua gélida, ¡cuidado! Son muchas las cascadas, las rutas en las que perderse y abandonarse al paso del tiempo.
Una pista de cemento nos hace agitar los respiros hasta encontrar una senda a la izquierda que nos acerca a las fauces mismas de la garganta.
Un poco más de esfuerzo mientras seguimos ascendiendo en zig zag por la ladera izquierda hasta llegar a la carretera. Allí una pista desciende zigzagueando nuevamente entre castaños y cerezos, salpicando nuestra vista.Y como un deseo esperado el puente donde comenzamos. Avisaros de que es una ruta salvaje en época de lluvias impresionantes cascadas y vegetación.#Turismoconcorazón en google+Texto María José Luque Fernández.Fotografias de http://rutasporextremadura.net
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