Valor agregado, el detalle que no puede faltar…

Publicado el 29 noviembre 2019 por Grettaespinosa

Hace algún tiempo tomé fotos del carbón vegetal que Cuba exporta, en una cobertura periodística realizada en el poblado sureño de Real Campiña. Me sorprendió el diseño del envase porque, carbón al fin, una no asocia el producto con pulcritud extrema, mucho menos con exclusividad en el diseño de su envoltorio. Aún así, el carbón invitaba a mirarlo, examinarlo, preguntar, fotografiar.

Y en una breve meditación sobre el asunto me pregunté una y otra vez el porqué de aquel saco de carbón vegetal prendido, a manera de imagen fija, en mi memoria a corto plazo. Finalmente, hallé por respuesta su valor agregado, el excelente diseño de su envase, el colorido y el imán visual de aquel producto.

Precisamente en el intenso debate que protagoniza hoy la economía cubana, sobre la necesidad de exportar como fuente legítima de financiamiento para reaprovisionar nuestra industria, recobra importancia el valor agregado.

Fuentes consultadas apuntan sobre el término, que se trata de la característica extra ofrecida por un producto o servicio, con el propósito de generar mayor valor dentro de la percepción del consumidor.

En lenguaje un tanto más sencillo, cuando hablamos de valor agregado nos referimos a ese plus en paquetes, envoltorios, rótulos, diseño visual atractivo que, a manera de imán, atrae al comprador, no lo deja ir.

Precisamente la exportación requiere de altos estándares de valor agregado. Un producto, para que sea vendible, conlleva etiquetas, envases, embalajes de primera línea, tema recurrente en el actual escenario económico del país.

Hoy se aboga por exportar, y hacerlo no se trata únicamente de lograr convenios o encontrar compradores, el reto descansa precisamente en la labor intensa de marketing, búsqueda de mercados y oferta de calidad, minuciosa y acabada calidad, del producto vendido. También de una presentación atractiva del bien o servicio, rodeado de cultura extrema del detalle.

Y podemos perfectamente lograrlo, pues renglones exportables tradicionales como el tabaco y el ron cubanos así nos lo recuerdan, al ver los envases y diseños visuales que ponen el extra a tales mercancías.

Pero, sin ánimos triunfalistas, aún le falta a la industria cubana el estudio de mercado, y la consolidación del valor agregado de las producciones como fórmula para comercializarlas con éxito. A todos los niveles se analizan estas cuestiones