“Valor de ley (True grit)”: La sombra de John Wayne es alargada

Publicado el 14 febrero 2011 por La Mirada De Ulises

[7/10] De nuevo, los hermanos Coen miran al cine clásico para hacer su remake del western de Henry Hathaway, a partir de la novela de Charles Portis. Ahora, Jeff Bridges sustituye a John Wayne en su “Valor de ley (True grit)” como el alguacil borracho y tuerto que miente más que habla… pero que tiene buen corazón. Él aporta la imagen nostálgica de una época en que la ley aún trataba de abrirse paso con representantes de disparo fácil, y con centauros del desierto en busca de recompensas. Sin embargo, es la adolescente Mattie Ross quien evoca la figura de aquel héroe de modales toscos que le ayudó a vengar la muerte de su padre, y que también le acompañó hacia la madurez. Porque, por encima de esa búsqueda tenaz de justicia, estamos ante la conquista de un corazón áspero y duro por parte de una jovencita inteligente y testaruda, y también ante la transformación de una inocencia en amargura tras su permanente contacto con la muerte.

En esta encrucijada de generaciones, el marshall Rooster Cogburn personaliza la ley del rifle al servicio de la justicia, mientras que esa chiquilla salida de la Universidad de Stanford se nos presenta como el poder de la palabra y del derecho. Ni el comerciante de caballos ni el propio Rooster o el jefe de la cuadrilla de forajidos se resisten a su discurso sensato y educado, y acaban siempre cediendo a sus pretensiones. Pero más fuerza que su oratoria tienen sus valores de humanidad y lealtad, que parecen ser los argumentos que desarman y convencen al curtido alguacil y al range texano. Por eso, en un primer momento, en la épica del western vemos cómo triunfa el valor de la ley humana sobre el disparo vengativo, y cómo los nuevos héroes piden paso a los justicieros del pasado… convertidos después en caricaturas de leyenda (de circo) u olvidados por la Historia. Sin embargo, también la joven Mattie tendrá que pagar un fuerte peaje para su madurez… pues la muerte dejará su poso de amargura y soledad.

Con un estilo y factura clásica, apoyados en una magnífica planificación y en profusos diálogos impregnados de acidez, los Coen miran al western crepuscular para crear héroes de leyenda ocultos para el mundo y sólo conocidos por el corazón de una mujer, en resonancia con lo visto en “El hombre que mató a Liberty Valance”. La oscuridad y las sombras han engullido a los personajes para enterrarlos en el olvido… porque su tiempo ha pasado. A los directores de “No es país para viejos” no les interesan los indios aunque nos adentremos en sus tierras, ni los ganaderos o los ferrocarriles que pudieran generar conflictos y enfrentamientos: sólo atienden a esas vidas que se apagan en un mundo de violencia despiadada, con una niña que parece un adulto con “asuntos personales pendientes” en un mundo de hombres.

A la joven Hailee Steinfeld le obligan a unos diálogos algo pedantes y a una madurez y determinación que cuesta aceptar –su trabajo es bueno, aunque el doblaje no le hace ningún favor–, pero ahí está Jeff Bridges para sacar las escenas adelante, para servir de contrapunto a la joven justiciera y permitir que su relación se cargue de un carácter entrañable… dentro de la sequedad made in Coen. La cinta avanza con un ritmo contenido, como si los Coen tuvieran bien sujetas las bridas del caballo y retardasen un encuentro que resolverán con la dureza y falta de emoción acostumbradas en su cine. Un comienzo sin anestesia para presentar la muerte en un plano que se retomará en el epílogo, y entre medias el drama de la pequeña Mattie junto a la tosquedad de esos turbios personajes… al que los Coen añaden su dosis de socarronería y de sutil humor negro, e incluso de poesía metafórica con una nevada o una noche estrellada: en esa mezcla explosiva de aspereza y sensibilidad se encuentra el toque Coen y su aportación al clásico americano.

Una película triste y amarga, que arrastra el pasado con desencanto y quiere prolongarse en el tiempo con un recuerdo nostálgico y agradecido. Gustará a los amantes del western y del cine de los Coen, aunque probablemente no levante pasiones y haya quien se acuerde del heroísmo esperanzado y ejemplar de Ford, Hawks o Hathaway, porque Bridges se levanta como la alargada sombra de John Wayne.

Calificación: 7/10

En las imágenes: Fotogramas de “Valor de ley (True grit)”, película distribuida en España por Paramount Pictures Spain © 2010 Paramount Pictures, Skydance Productions, Scott Rudin y Mike Zoss. Todos los derechos reservados.

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Publicado el 14 Febrero, 2011 | Categoría: Año 2011, Críticas, Drama, Hollywood, Western

Etiquetas:amistad, crítica, El hombre que mató a Liberty Valance, Ethan Coen, Hailee Steinfeld, Henry Hathaway, Howard Hawks, Jeff Bridges, Joel Coen, John Ford, John Wayne, justicia, muerte, No es país para viejos