Vamos a decirlo otra vez: Outlander es mucho más que tórrido folleteo

Publicado el 27 octubre 2018 por Dro @Drolope


Señor, llévame pronto. Llévame pronto te pido, porque la paciencia de uno, la tolerancia para leer tonterías, tiene un límite. Y en lo que concierne a Outlander, el cupo de memeces que he leído ha sobrepasado con creces el tope. Porque y venga a darle Perico al torno. Que Outlander es una telenovela que triunfa porque muestra folleteo estupendo entre una guapa modelo y un fornido escocés, que qué pasión, qué fuego, qué guapazos... y qué tontería de serie. Pero quizá todas estas rancias y superficiales críticas estén revelando más del emisor que del receptor...

Las reflexiones que os expongo a continuación surgen a raíz de la lectura de este artículo de Cecilia García en su blog del periódico 20 Minutos. Es imprescindible decir, antes de nada, que su opinión es absolutamente respetable: ella puede entender Outlander como le dé la real gana, faltaría más. Lo que yo pretendo es, tomando como referencia su artículo, analizar esas valoraciones que realiza sobre la serie y tratar de comprender qué es exactamente lo que está criticando, lo que nos quieren venir a decir ella y, por extensión, todos los críticos™ que hablan de Outlander en estos términos, con ese tonillo. ¿Me entendéis, verdad? El tonillo.
La autora viene a asegurar, básicamente, que vemos Outlander por el folleteo. Así de claro. Que la historia es un sinsentido, pero todos estamos embobados y seguimos enganchados a ella por ese fuego escocés que abrasa la pantalla. Porno con trama, para que nos entendamos. Llega a decir que la primera temporada "se asentó sobre sexo" (?). Que baje Dios y me explique esa afirmación, si us plau, porque mi mente no alcanza a descodificarla. O es demasiado simple, o demasiado compleja, o yo no sé ya nada de la vida.
Pero es interesante reflexionar sobre la palabra que ha escogido la autora: Sexo. Podría haber entendido que la serie se asienta sobre el amor, o sobre el romance, pero el concepto que prima para ella, el pilar básico de Outlander, es el folleteo.
BOOM, PREGNANT.
Ese tonillo del que hablaba antes, y que impregna tanto este como muchos otros artículos de Outlander, es resultado del mal uso que estos autores hacen del concepto del sexo. Lo banalizan, le arrebatan su significado. Le dan una nueva acepción: el sexo es algo facilón, de poca calidad; un gancho fácil para el público. Pero, si te paras realmente a pensar en lo que están diciendo, te das cuenta de que no están diciendo nada. Solo están dando voz a sus prejuicios, exponiendo su visión más que corta de miras sobre una cuestión mucho más amplia y compleja.
Porque el sexo en pantalla, evidentemente, atrae público (sería ingenuo no aceptar eso), pero se están quedando escuetos a la hora de describirlo. El sexo es placer y poder, tal y como explotaba Spartacus, pero en Outlander también es muchas otras cosas. Le dan mayores significados. Emplean el sexo como un recurso para fortalecer la fuerte conexión emocional entre Claire y Jamie pero, como ella misma espetaba a Brianna (y al espectador) en el final de la segunda temporada, "lo que yo y Jamie tuvimos fue mucho más que follar". El tratamiento de Outlander sobre el sexo podría dar pie, en general, a análisis muy meticulosos si nos dejáramos de tanta tontuna –en especial en la tercera temporada, cuando Claire y Jamie tienen sexo con terceras personas por diferentes motivos (véase el 3x02 "Surrender")–.
Es por eso que me molesta que se analice Outlander de esta manera: porque no es una crítica inteligente, aguda ni enriquecedora, sino un desprecio a una serie que trata sobre amor y sentimientos; es decir, sobre "esas cosas de mujeres" (nótese la agria ironía). Al reducir Outlander a "folleteo" facilón, dejan implícito que una serie que hable esencialmente sobre amor (el cual, oh, sorpresa, conlleva sexo) nunca podrá ser de tanta calidad como Game of Thrones, por ejemplo. Porque en la serie estrella de HBO hay sexo a montones pero, ¿leéis tantos artículos sobre ella reduciendo la clave de su éxito al folleteo como de Outlander? No, claro que no. Porque Game of Thrones tiene dragones, batallas y "cosas de machos" mientras que Outlander, aunque también con grandes dosis de violencia, da un enfoque más sentimental a sus tramas; prefiere centrarse en el dolor emocional que genera la batalla más que en la batalla en sí misma.
La lógica de las asociaciones mentales que ejecuta esta gente es tal que así:
Sentimientos explícitos de amor = sentimentaloide = telenovela = de poca calidad
Ya lo sabes tú, jeje.
Las series magistrales siempre son Mad Men, Breaking Bad True Detective; cualquier serie oscura con machotes de protagonistas, para que nos entendamos. Y el sexo es de calidad cuando es turbio y supone un juego de poder. Pero cuando implica amor, y está rodado con la sensibilidad tan poco valorada que logra Outlander, pues, vaya, ya no es magistral. Es entretenimiento fácil, una "ficción ligera". Pero quizá sea en muchos casos el prejuicio del espectador el que le lleva a interpretar Outlander de esta manera. Y quizá deberíamos revisar nuestras prioridades y meditar sobre qué entendemos por "calidad". La autora disfruta mucho, afirma, Outlander... por tanto, ¿qué le falta para que la considere seria y de calidad? ¿Por qué unas sí y otras no? ¿Qué parámetros empleamos para valorar si una serie es "de culto" o "ficción ligera"? 
¿No os huele a rancio, en definitiva, que una serie que habla desde una perspectiva femenina sobre el amor reciba tantos menosprecios? No es solo porque se folle mucho, desde luego, porque en otras series también hay despelote a montones y no reciben las mismas críticas. Y aquí estamos nosotros, que podríamos estar hablando de su impecable ambientación, de sus excelentes actores, de su trama conmovedora y compleja, llena de crítica social, mágica y con rigor histórico al mismo tiempo... pero no. Seguimos hablando, cuatro años después, de que vemos Outlander porque "el folleteo, jiji". Pues quizá la veamos por algo más... 


Isidro López (@Drolope)