Esta semana dejo las cazuelas y sartenes aparcadas un rato para recomendar uno de los muchos restaurantes en los que se puede disfrutar, de verdad, de unos buenos platos, un buen local y una inmejorable atención. La velada se presentaba perfecta, acudíamos a un estupendo concierto de Blues de una banda valenciana amiga, y como preludio decidimos acudir a cenar al restaurante "La Reina", un estupendo restaurante, fruto de una larga experiencia profesional y familiar en dos tabernas hermanas. La base del éxito del restaurante se basa en el trato de las materias primas, de primera calidad, manteniendo la esencia de la cocina mediterránea, pero innovando en cada plato.
La verdad es que nunca había estado en este restaurante, está situado en una zona privilegiada y emblemática de la noche valenciana (en la plaza de Cánovas), referente para varias generaciones de la "movida mediterránea", al entrar descubres un local excelentemente decorado (obra del interiorista Nacho Moscardó), amplitud, modernidad y sencillez (para mi gusto demasiada luz), pero el Maitre, Manuel Perez, que es cuñado de mi marido y uno de los profesionales con más experiencia y clase de la Comunidad Valenciana, nos puso en una zona interior, "de fumadores", una zona especialmente habilitada con calefacción hasta en el piso, y una iluminación mucho más íntima para una cena. Tuvimos el placer de conocer al cheff Jim Harris (profesional que ha trabajado con el prestigioso cheff Tetsuya Wakuda en Londres y Austrália) antes de la cena, muy amable y sereno, que rápidamente se retiró a atender su cocina, la verdad es que el local se llenó hasta los topes (y es grande), incluso doblaron alguna mesa.
Manolo (así es como llamamos familiarmente al maitre) nos había preparado un menú para la ocasión, comenzamos con una cerveza "Inedit" creada por Ferran Adrià, Juli Soler y el equipo de sommeliers de el Bulli, aromatizada con cilantro, piel de naranja y regaliz, mantenida en hielo...simplemente genial. Comenzamos por todo lo alto con una mini hamburguesa, uno de los pinchos más populares. ¿Cuál es su secreto? Adrián, el responsable de los pinchos de el restaurante, lo cuenta en Facebook. La mini burguer es totalmente casera, se elabora de forma artesanal. Para acompañarla, le añaden queso, lechuga, cebolla, huevo de codorniz y ¡el truco!: ¡allioli! Un bocado perfecto, ¿no? Enseguida nos llegó un Mi-cuit de foie con chocolate amargo y membrillo, un entrante tradicional pero con un punto de modernidad absolutamente sorprendente, el contraste de sabores era equilibrado, sereno y a la vez excitante.
Antes de recuperarnos llega el "huevo poché a la trufa con patata, chorizo y crujiente de jamón", a pesar de que el huevo no es uno de mis platos favoritos, he de reconocer que me sentí gratamente sorprendida por su sabor y el equilibrio de sus ingredientes, de echo habría repetido sin dudarlo. Continuamos con una "decostrucción de ensalada de pollo César", exquisita y fresca, un plato correcto que invita al comensal a la degustación personalizada de esta típica ensalada, dando opciones a combinar los ingredientes en relación a los gustos de cada uno.
La sorpresa llegó con el siguiente plato, unos "Raviolis de Bogavante", una combinación de pasta rellena con una fina crema de marisco, coronado con un crujiente del crustáceo, una delicatessen muy recomendable para los amantes de los sabores del mar. Rematamos con un "Chuletón trinchado de Buey" acompañado de salsa de carne y mostaza a la antigua, ideal para los amantes de la carne "en su punto" acompañadas de unas tradicionales patatas y unos pimientos de padrón y todo ello regado con un Rioja, Azpilicueta, que maridó perfectamente con el plato.
Y como no, llegó la hora de postre, un excelente surtido de tartas de distintos sabores, apeticibles y correctas. Pero lo mejor de todo fue ese Gin Tonic que prepara Manolo con su buen hacer y su técnica especial, que remata perfectamente una cena de estas características. Nos quedamos con ganas de volver y poder probar la amplia variedad de pinchos, como el Chipioli, que lleva chipirón, pimiento del piquillo, beicon y alioli o la carrillada de añojo 72 horas (que realmente se cocina 73 horas!!!) y tantos platos más que tienen en su carta.
Sin duda que volveremos, y por último felicitar al equipo de la Reina por su excelente trabajo y por su amabilidad. Recalcar además que entre semana tienen un menú diario super original, siempre renovado y a 12€ más IVA, un lujazo al alcance de casi todos, un rincón privilegiado en la capital de el Turia. Un gran local que sitúa en su sitio la moderna gastronomía valenciana.