Sábado 6 de noviembre, la histórica Plaza de Mayo en Buenos Aires se va llenando de carpas y cientos de personas, especialmente jóvenes, van llegando poco a poco, algunas solas, otras en grupos. En uno de varios carros alegóricos se puede leer “¡Ley de identidad de género ya!”, expresando la lucha en la que están los colectivos LGTB de Argentina en los actuales momentos y que busca que las personas trans sean reconocidas en su singularidad y su proyecto de vida, respetándose todos sus derechos.
Diversos, diversas, maravillosamente diversas, dice el animador, y no podemos sino estar de acuerdo. Con la libertad que debe caracterizar a un país democrático, ellos, ellas y los y las demás se mueven por la plaza, se abrazan, se alegran de encontrarse, algunos después de muchas lunas parece, por la alegría del saludo. Es la XIX Marcha por el Orgullo, que se celebra el primer sábado de noviembre, en conmemoración del día en que se fundó Nuestro Mundo, el primer colectivo gay en Argentina. Los diferentes grupos se han congregado hoy con una agenda que no se remite únicamente a la exigencia de la ley de identidad de género, sino que incorpora en sus demandas otros derechos, derechos que nos tocan a todas las personas, no sólo a las del colectivo GLBT, aborto libre y gratuito, no a la discriminación y al racismo, por ejemplo. “¡Vamos por más!” grita el animador, dando cuenta de que cuando hablamos de derechos humanos hablamos de progresividad de los derechos, de la integralidad de los derechos, de que no basta con que se consiga uno tras largas luchas, sino que precisamente cada derecho conquistado es un paso más en la democracia que se sigue construyendo cuando abrimos espacios para seguir conquistando y ejerciendo nuestros derechos, los mismos derechos con los mismos nombres, como se puede leer en una pancarta.
Unos brazaletes y cintas con “Fuerza Cristina” en una de las carpas no dejan de llamar la atención. “Es que a ellos les debemos el matrimonio igualitario. Ahora nosotras, nuestras familias, tenemos derechos, nuestros hijos tienen derechos,” dice una de las chicas que atiende, explicando porque en una carpa de un colectivo de lesbianas se rinde homenaje a la presidenta. Iguales consignas, más la foto de Néstor Kirchner y la presidenta abrazados, se pueden ver en las carpas de los autodenominados “putos peronistas”, expresión que no deja de sorprendernos y que da cuenta de la resignificación o de los diferentes sentidos que tienen las mismas palabras, pues así se identifican quienes dentro del peronismo defienden su opción sexual. “Gracias Néstor” se puede leer en el polo de una chica que se prepara para la marcha.
¡Vamos por más! retumba en las calles bonaerenses, las mismas calles por donde hace unos días el pueblo argentino despidió al ex presidente, quedando como testimonio de ese paso y del cariño de buena parte de este pueblo las pintas en los edificios de las principales avenidas: “Néstor estamos contigo”, “A Cristina no la tocan”. Una clara advertencia puede vislumbrarse en una que dice “Ni lo intenten” y en el “Fuerza Cristina” que encontramos en los brazaletes, en las carpas y que se repite y repite en varios lugares.
“Todas somos Natalia Gaitán” se aprecia en unos stickers, en alusión a una chica de 27 años, que en Córdoba fue asesinada por el padrastro de su novia, quien le disparó una perdigonada a corta distancia, porque estaba en contra de la relación de su hijastra con la muchacha. Fusilada por lesbiana, dicen aquí, y éste es uno entre muchos otros casos que da cuenta de la lesbofobia aún existente en la sociedad argentina y que explica la exigencia de los colectivos de poner fin a la violencia sistemática contra lesbianas, gays, travestis y transgéneros.
Multitudinaria marcha, colorida, alegre en la tarde que termina, impresiona al paso y desconcierta a turistas y locales que comentan al paso, sonríen, saludan a los carros desde donde responden el saludo. Se puede visualizar el carro en donde van algunas de las parejas recientemente casadas gracias a la ley de matrimonio igualitario.
Cabe decir que desde hace tiempo los argentinos y las argentinas van por más en cuanto a políticas de género y se entiende, si se conoce un poco el avance en términos de políticas públicas, el agradecimiento a Kirchner, quien fue reconocido por la comunidad Homosexual Argentina (CHA) en las palabras de María Rachid, ex titular de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales: “Por sus actos de gobierno, fue el presidente que desarrolló políticas públicas en favor de la diversidad sexual en Argentina.”
Y es que a Néstor Kirchner y a Cristina Fernández se les debe agradecer no sólo los aportes al reconocimiento de la diversidad sexual y al matrimonio igualitario, sino la dación de una serie de medidas que han favorecido a las mujeres, como bien lo han señalado reconocidas feministas argentinas. Entre las medidas que se han dado en sus respectivos gobiernos están la aprobación del Protocolo Facultativo de la Convención para Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, la designación de dos mujeres como integrantes de la Suprema Corte de Justicia, y como ministras de Defensa y Economía, y la creación del Programa “Las víctimas contra las violencias” del Ministerio de Justicia Seguridad y Derechos.
A Kirchner debemos también agradecerle el haber pedido perdón a las víctimas de la dictadura militar y a sus familias. “Como presidente de Argentina, vengo a pedir perdón en nombre del Estado nacional por la vergüenza de haber callado durante 20 años de democracia tantas atrocidades,” dijo el 24 de marzo del 2004 a los diez meses de asumir el poder. Y son todas esas cosas que se juntan en esta tarde de sábado de noviembre del 2010 y se reflejan en el agradecimiento que le hacen en la marcha y en las pintas que llenan las paredes en las calles céntricas de Buenos Aires.
Pese a ello, pese a los claros avances, la marcha de esta tarde y las consignas que se escuchan dan cuenta de que aún queda mucho camino por andar, mucho más que conseguir para que todas las personas, independientemente de su sexo, género, origen, deseo, gocen de los mismos derechos y más. Queda mucho por hacer para que se den respuesta a otras problemáticas como la de la prostitución o la venta abierta de los cuerpos de las mujeres que podemos ver en una serie de papelitos que cuelgan en los teléfonos o en los postes de la avenida Corrientes o la 9 de julio, invitando a ir a los sex shops, en donde se puede encontrar dos mujeres por el pago de una como oferta del día.
La marcha ha terminado, la gente se retira, dos jovencitas pasan tomadas de la mano, no deben tener más de 20 años, en el tatuaje de una se puede leer el nombre de otra chica, pasan sin provocar comentarios o miradas censuradoras como podría ocurrir en nuestra Lima pacata, en donde incluso personas progresistas, defensoras de otros derechos podrían juzgarlas. El debate amplio y a veces duro de la ley del matrimonio igualitario hizo posible que en Argentina se visibilizara la diversidad sexual. La ley hizo posible que gozaran de derechos y que tuvieran el derecho de expresar sus afectos públicamente en cualquier calle de la ciudad, libremente, y ahora exigen más, van por más, como debe ser. Por Rosa Montalvo Reinosomadamrosa1@gmail.comNoticias Ser PerúLa Ciudad de las Diosas