La profundidad de un título se interpreta por varios factores, uno de ellos es el tiempo que sume al jugador en un estado de reflexión. Hablar sobre videojuegos es entretenido y todavía lo es más si el tema de conversación son títulos de calidad. Tras presentar una visión sobre las bondades de Castlevania: Lords of Shadow – en Amor Imposible – quizás es buen momento de hacer un alto en el camino, sentarse y ponerse a charlar.
El nacimiento del vampiro
El nacimiento del vampirismo se inicia como tal tras el nacimiento de Vlad III, conocido por sus enemigos por Vlad Tepes – el Empalador – dicen los libros de historia que en las batallas otomanas de mediados del siglo XV, Vlad Tepes encastaba las cabezas de sus enemigos en palos. Este hecho empezó a correr la voz entre los enemigos y la rumorología atribuyó al joven príncipe de Valaquia extraños gustos por la sangre.
Bram Stoker utiliza la figura de Vlad Tepes para crear Drácula (1897), un nombre que surge del nombre real de nacimiento del príncipe, Vlad Dră culea. Pero Vlad Tepes no es el primero en acuñar el término vampiro, de hecho podemos remontarnos a escritos rusos donde aparece por primera vez la palabra “upir” en ruso vampiro, cuando en le 1047 se habla del emperador de Rusia.
Cuando Prana Films produce Nosteratu (F.W. Murnau, 1922) cambia por completo la visión del vampiro. De hecho ésta es la tercera adaptación al cine de la obra de Bram Stoker. Anteriormente aparecen dos revisiones que llevan por nombre el título de la novela – una versión rusa y otra hungara. Pero en la visión que F.W. Murnau se muestra una visión diferente del vampiro. Alejado de la percepción de belleza, nace un vampiro lánguido, estirado y que atrapa a sus víctimas con una especie de romanticismo atroz.
Un romanticismo llevado a su excelsitud por Anne Rice con su obra Entrevista con el vampiro (1976) hace que la imagen del vampiro se endulce recuperando parte de ese amor por lo excelso que destacaba de los castillos aparecidos por Drácula, así pues nos encontramos con un villano bueno. Un hombre atrapado en una vida casi inmortal, un depredador obligado a dar caza a un ser que admira justamente por lo que él ha perdido, su mortalidad.
- ¡Si F.W. Murnau levantara la cabeza!
Un vampiro noble que busca la supremacía de su especie por encima del paso del tiempo. Muchas han sido las películas que se han desarrollado después. Algunas incluso se han destinado a fidelizar al sector más joven – como pasa con la saga Crepúsculo – provocando la perversión de algunas de las normas pre-estipuladas pasadas de generación en generación. ¡Nuestros vampiros ahora caminan a la luz del día!
Castillos en Transilvania
Konami en el año 1986 se atrevió con una versión japonesa de Devil’s Castle Drácula (Akumajo Dracula) para la consola Famicom Disk System, esta versión exportada a Europa como Vampire Killer fue llevada posteriormente a Estados Unidos bajo el nombre de Castlevania. La combinación de la palabra Castle – castillo – con la terminación vania, que hace clara referencia la región de Transilvania (Erdély en húngaro) dan nombre al título, indicando claramente la intención de ubicar en la zona de los Cárpatos la historia.
La familia Belmont es la encargada de hacer que todo su linaje se ocupe de Drácula. Éste vive en el castillo y tras tiempo en letargo retorna para causar el dolor y sufrimiento a aquellos que tenga en sus alrededores. Castlevania es entonces un título que parece estar basado parcialmente en la ora de Bram Stoker (1847 – 1912) pero en realidad solo recoge algunos elementos característicos de la mitología vampírica.
En los primeros títulos enemigos de otras mitologías se entremezclavan con algunos de novelas épicas o de terror así como de las cultura más “undergrown” donde se habla de necrología y otros enseres. Y así se suceden las historias, inconexas todas ellas, hasta la llegada de Castlevania: Bloodlines (Konami, 1994). En éste, a parte de cambiar la localización y situar hasta en 6 regiones distintas la batalla Belmont vs Drácula, tenemos un ímpetu por recuperar una linea argumental iniciada por la novela Drácula de Bram Stoker.
La importancia del castillo de Drácula dentro de la saga es un reducto cultural que permite a la saga ubicar en un sistema de niveles la historia que pretende contar. Un hombre siempre apellidado Belmont, debe entrar en el castillo de Drácula y vencerlo. Algo que no es nuevo pero funciona y funciona bien, ya que el diseño de los niveles – puzzles en su concepto – hacen que los títulos originales combinen la plataforma con la acción más pura, provocando la adicción de los más adeptos.
El primer Belmont
El Arcángel Gabriel, aparecido por primera vez en el “Libro de Daniel”, es conocido por el mundo religioso como el Ángel de la Muerte o el Anunciador. Un hecho que liga a este ángel de por vida en una eterna batalla por ser un elegido del señor. Algo que como en la película Constantine (Francis Lawrence, 2005) muestra como una pugna por ser el ángel predilecto dentro de la estirpe.
Castlevania: Lords of Shadow se sitúa el primero en la linea argumental de la saga. Gabriel Belmont, por lo tanto, se presenta como el primer Belmont y su lucha nada tiene que ver con Drácula. Éste va un paso más allá, deberá rescatarse a él mismo de la oscuridad que lo envuelve. La lucha contra Satán y su reinado, hace que Gabriel recupere el mito del árcangel enviado por un Dios Castigador para derrocar a su enemigo.
Los motivos de nuestro guerrero no son derrocar a un ser venido de las tinieblas que resurge de vez en cuando. De hecho durante el juego y sobre todo tras su consecución la historia se acerca mucho más al concepto religioso mostrado por títulos como Drácula 2000 (Patrick Lussier, 2000) en la que se presenta un ser perturbado por sus actos y castigado por Dios a vagar en la tierra de los vivos por siempre jamás, hasta su redención final.
A golpe de látigo
La cruz del cristianismo ha sido una de las armas dentro de la cultura vampírica, seguramente inducida premeditamente por el sector religioso, ha tenido más acogida. Aunque tras las múltiples prostituciones del género que han surgido durante el nacimiento del nuevo siglo, los arquetipos se trasgreden y ahora incluso pueden caminar bajo la luz del sol.
Por ello, no es de extrañar, ver como las formas incontables de acabar con un vampiro van desde cortar la cabeza y quemar el cuerpo con fuego, hasta provocar el colapso de su sistema mediante una clavada de estaca en su corazón. Otros como la ristra de ajos o el uso de los espejos se han ido diluyendo con el paso de los años, hasta convertirse en producto de la cultura “pop” del momento.
El látigo que lleva Gabriel, cuya empuñadura no es otra cosa que una cruz cristiana, se combina con las dagas y el agua bendita para combatir a las fuerzas del mal. Un látigo multiusos, ya que sirve de la misma manera para realizar estrategias de combate repleta de combos infinitos como para balancearse y poder acceder a una nueva zona. Castlevania Lords of Shadow utiliza de forma muy inteligente el “menos es más” ya que muchas de las armas secundarias son utilizadas en contadas ocasiones. ¡El látigo es aquí el protagonista!
Sería injusto no destacar la presencia durante el título de la combinación bien versus mal, ya que mediante el uso de unos amuletos Gabriel podrá absorber y luego utilizar su fuerza de forma potenciada. Una de color rojo – representando la luz – otra más oscura – la que represena la oscuridad del personaje – de color negro, como no. Esto acompañado con una fluidez casi intuitiva en los combates llenos de acción pura y con pocas roturas de climax hacen que lo que parece un “machaca botones” inicial se convierta en un conocimiento a consciencia de los movimientos del personaje.
La aparición de Quick Time Events no es molesta, se implementa en el momento justo y de forma adecuada. Nuestra puesta en escena es espectacular, con momentos de combate donde uno alcanza ese estado mental del “no pensamiento” algo similar a lo que ocurre cuando entras en estado “La Zona” de WipEout HD (Playstation, 2008) no piensas pero estás y actúas sin tener en cuenta que lo que hay entre tus manos es un mando.
El mercurio mejor que la plata
Hablar de Clive Barker’s Jericho (MercurySteam, 2007) es hacerlo de un juego con muchas sombras y alguna que otra luz. Pero más allá de la calidad del título – aunque repito con sus luces – está la gente que trabaja detrás en él. Mercury Steam es un grupo de desarrolladores que entre otras cosas tiene la peculiaridad de pertenecer a un país donde el desarrollo de videojuegos parece un arte pseudo lúdica.
Mercury Steam sería tercera pata de un tamburete. La primera es sin duda Konami, ya que tiene los derechos de la Saga Castlevania y es la que como se dice vulgarmente “pone la pasta” y la tercera para es la incorporación de Hideo Kojima, desde Kojima Productions, dentro del equipo de desarrollo. La influencia del nipón parece ser la clave del múltiple rendimiento de la empresa española.
De hecho, Mercury Steam parece estar preparando una secuela del título y eso no puede ser nada más que buenas noticias. Un trinomio que parece consolidarse como la clave del éxito de Castlevania. Y esta simbiosis necesitaba de todos para seguir adelante, Konami necesitaba recuperar su “ego” perdido desde hace algún tiempo, Kojima Productions necesitaba certificar un éxito para justificar que se pueden hacer las cosas sin importar el gasto, los tiempos y el rendimiento. Y por último Mercury Steam necesitaba un título de relumbrón para mostrarse al mundo. ¿Qué mejor que éste Castlevania?