Por algún motivo, seguramente relacionado por el vínculo de ambas con la tecnología, la música electrónica se relacionó casi desde el principio con la exploración espacial, llegando a hablarse de la primera como de “música cósmica” en algún momento. Algunos autores rechazaron esa denominación pero otros la abrazaron sin complejos aunque muy pocos desde el punto de vista tan especial de Vangelis. Este es uno de esos casos en los que el origen y la formación humanista del músico marca de forma inevitable el enfoque de la obra y explicaremos el por qué de esa idea.
Antes de nada, hay que señalar que Vangelis tuvo una inclinación hacia las temáticas espaciales casi desde el principio de su carrera en solitario con discos como “Albedo 0.39” como ejemplo más claro pero esto vino a “oficializarse” de alguna manera a partir de la utilización de su “Mythodea” por parte de la NASA como banda sonora de la misión “Odyssey” a Marte. Originalmente era una composición creada con los mitos de la Grecia antigua como fuente de inspiración pero las relaciones entre estos y la carrera espacial son tan grandes a nivel espiritual que pocos le pondrían un solo pero a su uso para ese fin. La elección de la palabra “Odisea” para nombrar a la expedición, el fin y al cabo, tampoco era casual. Aquella colaboración de Vangelis con la NASA sirvió para sacar a la luz una obra que había sido estrenada en 1993 y que dormía en un cajón. El músico la recuperó y arregló para la ocasión y fue grabada con orquesta sinfónica y coros además de voces solistas y de los inevitables sintetizadores de Vangelis. Tras “Mythodea” y la NASA, llegó “Rosetta” en colaboración, esta vez, con la Agencia Espacial Europea y por fin, la que dio lugar al disco que hoy nos ocupa: “Juno to Jupiter”, de nuevo con la NASA como “partenaire”. Vangelis juega con los mitos de la antigüedad más allá de la coincidencia entre los nombres de los dioses y de los planetas porque ve la carrera espacial como una prolongación de los desafíos homéricos, como una poética lucha del ser humano por poner a prueba sus límites y esto se refleja de forma inevitable en la propia música. La misión “Juno”, por cierto, comenzó en 2011 y culminará próximamente tras la llegada de la sonda en 2016 a la órbita de Júpiter. El objeto de la misma es obtener la mayor información posible sobre la atmósfera del gigante, sus campos magnéticos y su gravedad.
El lanzamiento del disco fue bastante controvertido y es que, de hecho, podríamos haber comentado su contenido hace más de un año, cuando salió a la venta de forma un tanto extraña la versión digital del mismo a través de una prestigiosa web dedicada a la música clásica. El disco estuvo disponible a un precio inusualmente bajo durante unos días para desaparecer poco después. Tras eso, la versión física del trabajo, tanto en CD como en vinilo, desapareció de los catálogos de todas las tiendas online que ya habían mostrado incluso la fecha de lanzamiento prevista para septiembre de 2020. Quizá por uno de esos legendarios enfados del músico griego, la puesta a la venta de “Juno to Jupiter” quedó postergada hasta finales de septiembre del pasado año por lo que este es un buen momento ya para darle el espacio que se merece en el blog. Como suele ocurrir con Vangelis, él es el único intérprete de todo lo que suena en el disco con la excepción de la soprano Angela Gheorghiu, quien ya participó en un concierto del griego en Doha en 2011.
“Atlas' Push” - El disco comienza con las conversaciones del centro de control de la sonda Juno, algo que se repetirá en algunos cortes del disco, y que en esta ocasión se escuchan sobre un fondo sonoro también cedido por la NASA. En los últimos instantes escuchamos ya al Vangelis épico con un breve tema en la línea de los primeros minutos de la banda sonora de Blade Runner.
“Inside Our Perspectives” - Nos alejamos por un momento de la grandilocuencia para entrar en un corte más cercano al Vangelis de finales de los ochenta, próximo a lo que fue su disco “Direct”. No especialmente inspirado en lo melódico pero reconocible en todo caso.
“Out in Space” - Llegamos a lo que podría ser la primera pieza “espacial” del disco con una secuencia electrónica de fondo que sirve como base para una solemne melodía en la que el inconfundible CS80 del griego campa a sus anchas. Inevitable pensar de nuevo en Blade Runner con un poco de “Chariots of Fire” en la parte pianística. Vangelis en estado puro.
“Juno's Quiet Determination” - Llega un primer cambio de estilo en esta composición en la que las sonoridades ancestrales se cuelan entre tanta tecnología. Es el Vangelis de discos como “El Greco” en el que la influencia bizantina domina toda la pieza.
“Jupiter's Intuition” - Sube el tono y la épica con los efectos orquestales y las percusiones que comienzan a asomar tímidamente en un inicio aún calmado pero en el que va creciendo algo que no tarda en explotar en todo su esplendor en el siguiente corte.
“Juno's Power” - Un ritmo de marcha deudor de la banda sonora de “1492, Conquest of Paradise” comienza a sonar aunque en esta ocasión, sin los coros que aparecían allí. Es una gran pieza aunque quizá podría haberse aprovechado mucho más. Se hace corta.
“Space's Mystery Road” - Llegamos a un momento que nos desconecta ligeramente del disco por el gran contraste con lo que había sonado hasta ahora. Escuchamos ritmos secos con partes de piano más o menos jazzísticas que inmediatamente nos remiten a “The City”, un disco muy interesante pero que siempre nos pareció algo aislado en la discografía del griego, sin mucha relación con lo que hizo antes y después. Algo así ocurre con esta pieza en este momento concreto del trabajo.
“In the Magic of Cosmos” - Pasada esa especie de transición, volvemos a un Vangelis un tanto autocomplaciente en una breve pieza de nuevo con aires a “Chariots of Fire”.
“Juno's Tender Call” - Enlazando con la composición anterior llega uno de los llamados a estar entre los momentos culminantes del disco. Vangelis ha desarrollado una querencia por las voces de soprano y desde “Direct”, ha desarrollado varias piezas aptas para el lucimiento de algunas de las más grandes divas de nuestro tiempo, desde Montserrat Caballé hasta Angela Gheorghiu (la que nos ocupa aquí) pasando por Jessye Norman o Kathleen Battle. Esta composición prorroga esa tradición.
“Juno's Echoes” - Nuevo giro hacia una música más oscura, emparentada de nuevo con “El Greco”. El tema va evolucionando hacia una melodía con tintes románticos algo ensombrecidos por el sonido utilizado (una especie de bajo) que habría sonado muy diferente al piano o al arpa. En todo caso nos encanta la elección que le da una gran personalidad a la pieza.
“Juno's Ethereal Breeze” - Escuchamos ahora un breve interludio a base de “samples” vocales femeninos utilizados como coro, de forma similar a lo que podíamos escuchar en algún corte de “Oceanic”.
“Jupiter's Veil of Clouds” - Tras él, regresamos por un instante a las secuencias electrónicas del Vangelis setentero con el piano y las percusiones asomando tímidamente. En la segunda mitad, la fuerza de los sintetizadores aumenta y el duelo con el piano nos deja una de las mejores piezas del disco con reminiscencias de los trabajos más legendarios de su autor como “Heaven and Hell”, “Albedo 0.39”, “Spiral” o el mencionado “Chariots of Fire”. Maravilloso vistazo al pasado sin caer del todo en el tópico.
“Hera/Juno Queen of the Gods” - Segunda intervención de Angela Gheorgiu arropada por las cuerdas y coros sintéticos de Vangelis quien se reserva una larga instrucción ambiental antes de que la soprano rumana haga acto de presencia interpretando una bellísima melodía de corte clásico que encaja a la perfección con la voz de la artista.
“Zeus Almighty” - Con el profundo lamento de los metales aparece en la obra Zeus con su nombre (para algo Vangelis es griego y reivindica aquí el nombre original del romano Júpiter como hizo en el corte anterior con Hera / Juno). Es la composición más extensa del trabajo y en ella el compositor se explaya haciendo gala de todos sus recursos. La verdad es casi podemos verlo componiendo esta pieza en plena improvisación como hace en muchos vídeos que existen en internet en los que Vangelis crea casi de la nada toda una obra sinfónica. Hay momentos delicados, partes rimbombantes, pasajes profundos... una sinfonía de once minutos para disfrutar de un talento único.
“Jupiter Rex” - Como una especie de coda separada del tema anterior tenemos otro breve corte con coros (esta vez masculinos) y efectos sonoros que nos llevan una vez más a Blade Runner. No vemos la necesidad de presentarlo como un corte aparte porque perfectamente podría haber formado parte de la pieza precedente.
“Juno's Acomplishments” - La intervención final de la Gheorghiu en el disco llega en esta preciosidad que nos recuerda, quizá demasiado, a “Glorianna” del disco “Direct” que ya hemos citado en un par de ocasiones. En todo caso, es un gran tema.
“Apo 22” - Más voces procedentes de los archivos de la NASA aparecen aquí en otra transición en la que apenas se ven acompañadas por una escueta melodía electrónica que suena una y otra vez.
“In Serenitatem” - Cerrando el disco, escuchamos un coro (al no estar acreditado, asumimos que es electrónico) ejecutando una composición extremadamente delicada que se desvanece entre campanas y demás efectos electrónicos en medio de una densa niebla sonora con la que Vangelis se despide de nosotros por esta vez.
Que un artista como Vangelis, con esa personalidad tan peculiar, se mantenga activo discográficamente es una gran noticia en sí misma porque es sabido el desprecio del griego por la música grabada y por el negocio que hay detrás. Hablamos de un artista que probablemente tenga guardada en sus cajones mucha más música que la la que ha publicado a lo largo de toda su carrera (de hecho, la NASA ha publicado varios vídeos sobre la misión con música de Vangelis que no aparece en el disco) así que cada nuevo disco es una joyita que conseguimos rescatar de un destino incierto porque nada parece indicar que ese material pueda llegar a ver la luz algún día. Como no puede ser de otra forma, “Juno to Jupiter” es un trabajo irregular, con momentos de gran inspiración y otros más insulsos pero en líneas generales nos parece acreedor de una buena nota. Nos despedimos con una de las piezas creadas para la misión que no aparecen en el disco: