Vanuatu: bajo el volcan yasur en la isla de tanna

Por Merche_62
Fecha del viaje: Noviembre 2009Extracto de mi diario de viajes:
Quien no ha soñado alguna vez con perderse en una isla exótica?
Vanuatu fue condominio francés e inglés y tras un periodo largo de lucha consiguió la independencia de ambos gobiernos en el año 1980. A dia de hoy sus habitantes  dominan los dos idiomas que  junto con el bislama (el idioma común que contiene mezcla de inglés) son las tres lenguas oficiales, además de numerosos dialectos que se hablan por las ochenta islas del país formando parte de la Melanesia en el Pacífico.  



Tanna es una isla llena de encanto por sus habitantes que te hacen la estancia muy agradable, por su hospitalidad, por los niños que te regalan sonrisas por dondequiera que vayas y que nos acompañan en numerosos trayectos enseñandonos las bellezas de la isla sin pedirte nada, regalandote flores y fruta fresca.Nos cautiva lo exhuberante de sus paisajes porque su  naturaleza permanece practicamente intacta. Una de las joyas es el gigante byant, un arbol autóctono que nos deja asombrados.  
En Tanna todavía se conservan costumbres ancestrales como la cultura del kava, una bebida de efectos "relajantes" que preparan de forma ceremonial. Definitivamente esta isla parece anclada en el tiempo.

Después de recorrer Tanna durante unos días realizando varias excursiones a pie y en autostop, conociendo parte de las costumbres y compartiendo momentos inolvidables con la gente local, quisimos presenciar de cerca el rey la isla: el  volcán Yasur.

En medio de la penumbra de la noche, nos adentramos con linternas para ver y escuchar el rugido de este fenómeno de la naturaleza. Es uno de los pocos volcanes en el mundo que sigue en erupción y donde se puede apreciar bien de cerca las expulsiones de lava que cada cinco minutos nos hace gritar y saltar de inquietud, por el estruendo y por lo peligroso de sus chispazos. Aquí no hay vallas de seguridad. Un cambio brusco  del viento se podría convertir en una desgracia. Si el infierno existiera, este seria el lugar más parecido. Pero es realmente alucinante estar aquí a pesar de que nos da un respeto enorme tener delante este espectáculo tan temible y maravilloso a la vez. Nos tiemblan las piernas de la emoción.

Rodeamos la cima, nos quedamos un buen rato presenciando la maravillosa gama de colores rojizos que envuelve al volcán y quedamos alucinados. Al bajar seguimos mirando hacia atrás por temor a que no nos salpique la lava. Nos acompaña nuestro amigo, un niño que conocimos junto a sus hermans hace un par de días en un poblado cerca de la Shark's Bay y con el que después nos marcharíamos felices a su casa para degustar un lap-lap, el plato típico nacional que su madre, Josefine nos ha preparado para compartirlo todos.



El lap-lap es un plato que suelen preparar en celebraciones y contiene una base de banana cocida, pollo y canela que se cocina bajo tierra colocando piedras calientes encima. Cenamos a la luz de las linternas con toda la familia. Ver a los niños disfrutar fue una gozada, este fue otro de los momentos inolvidables a pesar de la precariedad del lugar donde nos encontrábamos.
P.D. Este post se lo dedico a un  blogger  amante de la naturaleza y estudiante de geologia, que formó parte de  esta blogosfera y al que sigo apreciando a pesar de que abandonó por motivos personales... Desde aquí,  te mando un abrazo Will.