Vargas Llosa, la perversión de la Academia sueca

Publicado el 09 octubre 2010 por Romanas
He escrito ya muchas veces que el hombre no es sólo ya que sea un lobo para el hombre, como afirmaba Hobbes, con toda la razón del mundo, es que, además, es un asco.Alfred Nobel descubrió y patentó la dinamita y eso, ambas cosas, el descubrimiento de tan potente explosivo y su patente internacional, le hicieron inmensamente rico, tanto que pudo permitirse el lujo de instituir una fundación que concede anualmente los premios que llevan su nombre.Hacer una reflexión moral sobre esto puede resultar complicado porque todo proyecto humano de carácter presuntamente filantrópico puede resultar poliédrico y presentar, a veces, demasiadas facetas.
Los explosivos, todos, aducen un dilatado historial de coste de vidas humanas y, para mí, que soy el más iluso de los hombres, la vida de uno sólo de nosotros vale por todos los inventos del mundo, pero yo es que, además de ser un sectario como decía ayer, criticando a muerte la concesión del más famoso de los premios literarios al más antisocial de todos los escritores, es que soy el más retrógrado de los tipos que conozco y he visto muchos de esta clase en mis 82 años.Un premio que consagra definitivamente a un hombre ante la Historia ha de ser muy prudente en su concesión puesto que inmortaliza no sólo a la persona concreta objeto del galardón sino también a lo que él, como hombre representa y defiende.Hasta hace muy poco, la Academia Sueca, que concede el Nobel, era muy cuidadosa en su elección por todas esas implícitas consecuencias a las que nos referíamos antes.Por eso, precisamente por eso, no le había concedido su premio de literatura, hasta ahora, a Vargas Llosa. Había premiado a autores de mucha menos categoría técnica, de mucho menos éxito, de mucho menos reconocimiento y repercusión, pero cuya conductas personales eran mucho más respetables desde el punto de vista ético.Pero los seres humanos, y paralelamente las instituciones que creamos, nacemos, crecemos, envejecemos y morimos. Algunos de los académicos suecos, todos los años, cuando alguien incluía el nombre el peruano en la lista de candidatos, lo rechazaba, luego, en las votaciones con toda la energía del mundo. Para algunos de ellos, como para mí, Vargas Llosa no es digno de ningún premio en ningún aspecto, porque, como decía ayer, yo valoro a los hombres con una visión global de su conducta.Para mí, que Vargas Llosa escriba más o menos bien, es lo que menos importa, considero que su habilidad con el lenguaje es semejante a la de un buen intérprete respecto a la música o a un buen orfebre respecto a una determinada rama de la artesanía, pero esta labor técnica, por muy exquisita que sea, no redime a ninguno de estos autores de su responsabilidad integral como persona, en todo caso, sirve para agravarla, si falla en algún otro aspecto esencial del comportamiento humano.Seguro que él, Varguitas, como él mismo a veces se ha llamado, conoce aún mejor que yo eso de que soy hombre y, por tanto, nada humano debe de serme ajeno. Y él, si me leyera, probablemente me diría, “por supuesto, amigo, ése ha sido siempre mi propósito, incluso lo he explicitado así alguna vez diciendo que un poema, una obra de teatro o una novela, ni siguiera un magnífico ensayo, difícilmente por sí mismos cambiarían algo en el mundo pero que todos nosotros, los hombres, debemos de cuidar especialmente ese aspecto de la repercusión social o política de lo que hacemos".Claro que sí, don Mario, y ahí es precisamente donde le duele a usted, que comenzó su carrera literaria siendo un convencido marxista y ahora es un liberal de mucho cuidado, tanto que incluso ahora, cuando sigue escribiendo textos en los que, aparentemente, se combate a muerte el poder, disimula hasta más allá del límite de lo posible lo que realmente piensa de la estructura y desarrollo de éste.Cuando usted escribe artículos, que yo sepa en El País, hace dos cosas:1) se declara liberal a ultranza y defiende esta repugnante ideología a muerte y2) se cuida muy mucho de que el producto de su talento como autor literario, de acuerdo con dicha ideología, no sólo sea muy bien remunerado sino que establece rigurosísimas condiciones para que nadie pueda usarlo sin previamente pagar por ello,3) claro que sí y esto no es más que una demostración palmaria de que usted hace profesionalmente lo que piensa ideológicamente: A) la propiedad privada es la base de la vida sociopolítica, B) a la propiedad privada, exclusiva y excluyente, se llega a través del esfuerzo, o sea, del trabajo personal y del mérito, lo que fundamenta éticamente la exclusión del goce de dichos productos por los demás, aunque sea de aquellos que no tienen dinero suficiente para comprar su novelas o las revistas y diarios en los que usted escribe, C) por supuesto que, en un mundo regido soberanamente por las leyes del mercado, el único que tiene todo el derecho a poner precio a su trabajo es usted, D) de tal modo que sólo u. también puede utilizar al límite esa condición que la naturaleza le ha concedido para explotar de esta manera a los demás que quieran gozar del fruto de su trabajo y de su encomiable esfuerzo.Puro y duro liberalismo no sólo económico sino también ético.Pero sucede, señor, que entonces, al llevar a la práctica esta aberrante teoría no sólo económica sino también y fundamentalmente política, usted está desmintiendo la sentencia del clásico ya que no se comporta como ese individuo que era hombre y, por lo tanto, consideraba que nada humano les es ajeno, porque incumple esta máxima cuando priva a los demás hombres, sea cual fuere su condición económica, del fruto esplendoroso de su propio trabajo, condenándolos al infierno de su abstinencia respecto a unas obras que, al fin, han sido galardonadas con el Nobel.Era precisamente por todo esto que acabo de exponer, por lo que algunos miembros de la Academia sueca, han votado en contra de su candidatura tantos años y que han tenido que pasara mejor vida o ser sustituidos por gentes con menos sentido de esa humanidad a la que se refería el clásico, para que le hayan premiado, al fin, a usted, lo que usted mismo ha reconocido implícitamente con ese deje de amargura por tanta tardanza cuando ha dicho "que espera que, para la concesión del premio, no se hayan tenido en cuenta sus opiniones políticas".Si ha sido, al fin, así, como usted desea, que no se haya tenido en cuenta para la concesión del premio, la evaluación total de cu compleja personalidad, nada edificante, para mí, en algunos aspectos, es una autentica pena que una academia haya traicionado su primer deber que es inexcusablemente el ético, puesto que ya lo estableció definitivamente para la Historia, contundentemente, el viejo sabio estagirita cuando afirmó que el hombres es un animal político y que quien no se comporta adecuadamente como tal o es un dios o es una bestia.Yo ya sé que v. se considera a sí mismo un dios puesto que de otra manera no sólo no viviría en una mansión de oro, acero y cristal, en pleno cielo de Manhattan sino que no tendría ningún inconveniente en que  los simples mortales, los hombres y mujeres de a pie, tuvieran acceso gratuito al conocimiento de su obra sólo por ser semejantes suyos.