A raíz de la entrada anterior, he tenido una semana movidita entre discusiones (por todos lados) con amigos y conocidos animalistas: algunos estaban de acuerdo en lo que decía, otros no. De cualquier modo, todas las opiniones son respetables, pero sí es cierto que, en algunos puntos de lo que exponía el lunes pasado, no me gustaría pecar de simplismo. Por esa razón, desarrollo aquí varias cuestiones que me parecen claves y que, creo, ayudarán a ofrecer una visión más completa sobre el artículo anterior.
#1 Vaya fauna = Telecinco = todo por la audienciaA excepción de una cría de león, el único animal salvaje que, por ahora, ha aparecido en el programa ha sido Tima. Sí, es cierto que también hemos visto un zorro y algún bichejo más que no debería estar, pero está muy claro que Telecinco tenía planteada la controversia desde el minuto cero.
Sobre este tema ya hablamos, pero la pregunta sería: ¿de dónde sale la osa Tima u otros animales no domésticos que se presentan en el programa?, ¿cuál es su historia? A menudo, las historias que aparecen son sesgadas o, directamente, obviadas en pos del espectáculo, lo que hace que la presentación sea muy deficiente y que, fácilmente, lleve a malas interpretaciones por parte de la audiencia.
Este punto que en absoluto se ha cuidado por parte de realización debería hacer ver a la cadena que la polémica no siempre consigue lo que se propone (ahí está el descenso semanal de share). Además, la explicación debería ser real, fundada, profunda, lógica, ética y consecuente. No podemos presentar historias con medias tintas; tanto por lo que supone no saber de dónde sale un tigre o un oso, como porque no es justo para perros de asistencia que han participado en el programa, como Jack o Jarta.
#3 Casos como Tima están mal planteados (o no)Quiero aclarar este punto porque, a mi modo de ver, es y será el más conflictivo; primero decir que ese oso no es un oso (técnicamente). Desconozco el trato, pero parece que su dueño (o como queramos definirlo) lo tiene desde pequeño, en su casa y lo ha entrenado a base de constantes refuerzos positivos, si bien es cierto que trabaja y colabora con circos, lo que no puedo respetar.
Eso quiere decir que 1) es un animal que está totalmente humanizado y 2) es lo más parecido a un perro que nos podamos echar a la cara. Sin embargo, 3) también es algo frente a lo que luchan un gran número de centros de recuperación animal, pues consideran (consideramos) que va contra la naturaleza de estas especies.
¿Frank Cuesta se equivoca al respecto de Vaya fauna?
#4 Frank Cuesta se confunde relacionando el trato de los animales en España y TailandiaQuizá es porque no vive aquí pero, tras informarme, puedo decir que Frank Cuesta se equivoca afirmando que en Fauna y Acción, por ejemplo, los animales son domados ( break down) y no adiestrados. Aquí la palabra maltrato debería cogerse con pinzas, ya que sí es cierto que ese contacto humaniza y domestica, pero no es cierto que se haga con violencia. De cualquier modo, sigo afirmando que no es una actitud que, hoy, en 2015, pueda apoyar: seguro que los responsables de esta y otras empresas aman a sus animales, pero no creo que hagan lo mejor para ellos ni que actúen de la mejor manera posible.
#5 Frank Cuesta quizá no es la persona más indicada para dar leccionesPor ello, uno de los grandes escollos con los que se ha encontrado han sido algunas de sus declaraciones anteriores, por ejemplo, su apoyo hacia algunos circos con animales que, evidentemente, Mediaset ha sabido aprovechar. Aun así, deberíamos quedarnos con su idea de que la falta de una explicación por parte de Vaya fauna provoca un desconocimiento mayor entre los espectadores e incluso puede favorecer el maltrato animal.
Sin embargo, sí es cierto que, a menudo, él mismo ha estado en el punto de mira por críticas muy similares a las que ha lanzado: para muestra, ahora vuelve hacia África con su nuevo programa, Wild Frank, en busca de leones, lo que no está demasiado bien visto por todos. En la misma línea, y como ya se ha comentado en varios medios, programas como La selva en casa engañan con la excusa de divulgar, no siendo Frank, quizá, modélico en sus opiniones ni un ejemplo arquetípico de extensos conocimientos más allá del entretenimiento.
#6 Hay una gran diferencia entre entrenar animales salvajes y animales domésticosPese a lo anterior, sería imprescindible aprovechar estos espacios para hablar, en detalle, sobre las ventajas del adiestramiento animal para personas con movilidad reducida, en proyectos de reinserción social o como terapia e incentivo para nuestros mayores. Mantenemos el arquetipo de los perros, porque es el animal doméstico con mayor predisposición, pero eso no quiere decir que sea malo adiestrar a un cerdo, a una gallina o a un gato.
Si bien es raro que un animal salvaje pierda el 100% de sus instintos, no es necesario pasar por un proceso de break down para adiestrarlos. Para entendernos, un animal que nace y mantiene contacto con personas desde sus primeros días no es, técnicamente, un animal salvaje, y el problema real es que ya nunca lo será.
#8 Prefiero un cerdo con tutú a un cerdo en el mataderoEta semana he visto cómo todo dios criticaba las actuaciones de algunos animales domésticos: estas personas deberían informarse y comprender que adiestrar a un cerdo es lo mismo que adiestrar a un perro (salvando ciertas distancias); no concibo que respetarlo sea que malviva en un cubículo hasta matarlo y, luego, comérnoslo pero que ponerle un tutú rosa sea imperdonable. Un poco de coherencia, por favor.
#9 ¿Cuál es el fin?Al final, todo vuelve al principio. El todo por la audiencia no es suficiente en lo que respecta a este tema. Sin un hilo conductor real, damos pie a las malas interpretaciones y a comportamientos contra los que muchísimas personas están peleando a diario.
Rescato parte de uno de los últimos artículos (¿Qué me ha aportado Vaya Fauna?) que he leído en Nasua, un blog de fauna salvaje y conservación, que sintetiza esto a la perfección:
#10 El Señor de los AgapornisImaginémonos que la cadena ha tenido el decoro de no traer animales a los que les han arrancado los colmillos y las garras, como son la mayoría de animales que han aparecido en spots y películas de empresas en este país.
[...]
¿Tendría, aún así, justificación? ¿Aporta algo que un oso dé palmadas? ¿De verdad es divertido? ¿El dinero de sus espectáculos va dirigido a la conservación de la especie? ¿Hubo alguna mención, aprovechando la cría de león, para hablar de la situación de la especie en estado salvaje? [...] ¿O simplemente han conseguido audiencia, además de fomentar que la gente crea que los animales haciendo el payaso son "amigos de sus dueños" y que son felices? ¿Ayudan estos programas al fomento de la conservación de la naturaleza, o a la perpetuación de los circos con animales?
Por último, sé que no tiene mucho que ver, pero lo de ese individuo es para mear y no echar gota. Para todos aquellos que no han visto ese fragmento del programa, fue una actuación del tercer episodio donde el concursante en cuestión bailó, por definirlo de algún modo, con su pájaro. Por otra parte, la frase del domador de caballos Santi Serra ejemplifica muy bien el principal problema de Vaya fauna: "¡¿Cómo podéis aplaudir!? [...] ¡Aquí se están jugando 25.000 euros!"
No señor, en ese programa se están jugando muchas más cosas. El problema es que muy pocos parecen haberse dado cuenta antes, durante e incluso ahora, mientras termino de escribir estas líneas. ¿Sabéis de lo primero de lo que yo me di cuenta y no le vi ni pies ni cabeza? Que el jurado de un concurso de talento animal no tiene ni puta idea de animales... Mal vamos.