Lo mejor siempre es ofrecer los alimentos tal y como son a los pequeños, pero no siempre es fácil que un niño que está empezando a comer coja de buena gana cierto tipo de verduras o legumbres. En mi caso, mi peque unos días es capaz de devorar un plato de guisantes y al siguiente ni olerlo, y asi con todo... coge un plátano y no deja ni rastro o de igual manera pasan semanas hasta que le vuelva a apetecer.
Cuando iniciamos la alimentación complementaria mi peque empezó a comer de maravilla, no le hacía ascos a nada, pero van pasando los meses y se están volviendo más selectivo. Ya no le gusta mancharse demasiado las manos y se entretiene más investigando que comiendo.
Y he ido observando que le gusta mucho que le prepare la comida en formato hamburguesas, varitas. Así que me voy adaptando a el, aunque en el plato nunca falta la comida en su formato original. Así poco a poco terminará por acostumbrarse a las nuevas texturas. Siempre acaba probando lo demás!!
- Una patata mediana
- Unos 100 gr. de garbanzos cocidos aprox.
- Una zahanoria
- Media cebolla o un diente de ajo (para dar algo de sabor, mi peque prefiere el ajo)
- Una ramita de brócoli
- Una rebanada mediana de pan
- Aceite de Oliva Virgen Extra
2. Ralla la zanahoria y la cebolla (o si prefieres el ajo rallado), reserva. Me gusta añadir la cebolla (o ajo)y la zanahoria rallada en crudo para que conserve más propiedades, de todas formas se van a cocinar pero no perderán tantas propiedades.
3. En un bol machaca los garbanzos, añade el pan desmigado, la patata y el brocoli hervido, y la cebolla y la zanahoria rallada. Todo este proceso lo hago con las manos, para que tenga textura, amaso con las manos hasta que tenga consistencia, los ingredientes se van deshaciendo pero la varita tendrá tiernos trocitos de sus ingredientes.
4. Dale forma de varitas o hamburguesas, en un sartén ligeramente untada con aceite de oliva marca las varitas. Hornea a 200 grados durante 15 o 20 minutos, hasta que empiecen a dorarse, no dejes que se tosten mucho para que no se pongan demasiado crujientes y estén tiernas para los peques.
Si te salen más varitas de las que necesitas, puedes congelarlas (en crudo, sin hornear). Así sólo tendrás que sacarlas y al horno!!
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