Posted on 7 enero, 2013 by juanmartorano
No creo que sea la primera vez que confieso públicamente mi desasosiego por no comprende algunos comportamientos humanos, los cuales no se compadecen con el origen cristiano que nos enseñan de la creación del mundo y del hombre como parte de éste. Recordemos lo que dice el Génesis (I: 1-31) sobre como Dios creó al mundo: “En el principio creó Dios el cielo y la tierra… y vio Dios que lo hecho era bueno y por fín dijo: hagamos al hombre a imagen y semejanza nuestra; y domine a los peces del mar, y a las aves del cielo, y a las bestias, y a toda la tierra y a todo reptil que se mueva sobre la tierra. Así creó Dios al hombre, a imagen suya; a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó… Una pregunta que siempre asalta mi mente es ¿Y si Dios creó al hombre y a la mujer a su imagen y semejanza, cómo se explica que algunos grupos humanos en países mayoritariamente cristianos, o por lo menos que se declaran como tales, actúen de manera tan inhumana? Una vez le hice esta pregunta que tanto me inquieta a un amigo cristiano evangélico, y me respondió que el ser humano fue imagen de Dios hasta que cometió el pecado original. Otro amigo católico me agregó que Dios nos dio libre albedrío y que cada quien decide si toma el camino del bien o del mal.
Sin duda, aquí tiene un papel fundamental la educación que reciba cada quien, comenzando por la familiar. También pudiera ser propicio recordar lo que nos enseña El Apóstol Pablo en su carta a los Gálatas sobre los frutos del espíritu, entre los cuales destacan: amor, fe, bondad, caridad, paz, paciencia; y los deseos o apetitos de la carne donde destacan: la envidia, los celos, las enemistades, las riñas, las disensiones… A partir de estas respuestas, que no necesariamente son las únicas, tendríamos que concluir que después de la creación la felicidad duró poco, porque Eva y Adán comieron del fruto prohibido y abrieron los ojos a la malicia humana. Este es un intento de comprender al ser humano, para nada una verdad absoluta. Por supuesto que para quienes creemos en la perfectibilidad del comportamiento humano, nos cuesta creer que tuviera razón Diógenes de Sínope (412- 323 a.C.); filósofo griego, quien fue discípulo de Antístenes, el más antiguo alumno de Sócrates, a quien se le atribuye aquello de: “CUANTO MAS CONOZCO A LOS HOMBRES MAS QUIERO A LOS PERROS”.
Todo lo anterior es para expresar mi tristeza, malestar, decepción y hasta sorpresa por las expresiones por demás irrespetuosas y desconsideradas de algunos opositores, contra el máximo líder de la Revolución Bolivariana y Presidente de la República, Hugo Chávez Frías. Es totalmente comprensible que un sector de cualquier país no quiera a un mandatario por no estar de acuerdo con sus planteamientos o forma de gobierno. Sin embargo, que miembros del grupo político opositor hagan mofa de la enfermedad del presidente Chávez y que abierta y públicamente le deseen y a cada rato le anuncien la muerte, es inaceptable por inhumano. Adicionalmente, produce dolor, porque uno tiene la idea de su Patria como un pueblo de gente noble. No de seres llenos de resentimiento y odio!
Si alguien está pensando que lo anterior no debería ser motivo de preocupación, porque quienes se comportan en forma tan perversa son los menos; muy humildemente me permito no coincidir con tal opinión. Invito a que no pensemos en lo cuantitativo sino en lo cualitativo. Invito a que reflexionemos sobre esta conducta patológica que pudiera ser el reflejo de una enfermedad social que tal vez tenga un largo período de incubación y que viene manifestándose paulatinamente. Atajemos a tiempo esta enfermedad espiritual de la sociedad venezolana. Toda enfermedad tratada a tiempo es curable. Empecemos a buscar remedio y en primer lugar recomiendo: el amor al prójimo expresado por el respeto y tolerancia a las ideas del otro, lo cual es recibido por el otro o la otra como el reconocimiento a su individualidad, a su existencia. En todo lo que el pueblo dice hay una gran sabiduría, por lo tanto, les pido que recordemos aquello de: “Cada cabeza es un mundo y quien lo entienda es un loco”. Tienen la palabra los psicólogos, psiquiatras, antropólogos, filósofos, sociólogos, educadores y demás conocedores del comportamiento humano.
Recordemos que cada ser humano es un ser único, una individualidad a la que debemos considerar y respetar, sin olvidar su educación como un ser individual y ser social, para que entienda que no vive solo, que forma parte de un todo con el cual deberá interactuar toda la vida, que a ese todo aportara y de el recibirá insumos. Así, cada individuo crecerá comprendiendo lo que es el deber social. Estamos obligados a buscar remedios o antídotos colectivos a través de la educación formal e informal, sobre todo usando efectivamente los Medios de Comunicación públicos y privados. En este sentido, es muy importante recordar las palabras de nuestro querido General Alberto Muller Rojas, con respecto a que no debemos enseñar valores sino vivirlos, que la vida diaria de las y los revolucionarios sirva de ejemplo. Por lo que está prohibido olvidar que la palabra puede motivar, pero lo que convence es el ejemplo de vida. Por eso es tan importante la coherencia entre lo que se dice y lo que se hace! Con la fe por delante y confiando en la misericordia de Dios, el Presidente vivirá y vencerá!
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