¿Es hora de hacer los planes de viaje para tus vacaciones? O directamente, ¿ya tienes tu billete comprado? ¿Has pensado qué llevarte en la maleta? Quizás te preguntas… ¿seré capaz de salir a correr allí donde vaya?
En tiempos de crisis no es fácil permitirse unas vacaciones, y mucho menos plantearse según qué viajes, aunque si el plan de éste verano es quedarte en casa, te ahorrarás los problemas derivados de los mismos. No hay mal que por bien no venga.
Llevas todo el año entrenando o intentando intentarlo, y ahora que has cogido la rutina, ¿la vas a dejar?
Piensa en los por qués estás tentada en “colgar tus zapatillas” éste verano, ¿te da pereza?, ¿no vas a tener tiempo? O, ¿no sabes por dónde vas a poder ir? Hoy mi objetivo es animarte y conseguir que te las lleves allí donde vayas, haciendo una pequeña guía de viaje de la corredora y rompiendo tus excusas…¡here we go!
El exceso de peso en la maleta:
¡No me cabe en la maleta el quipo de running! Esto es un problema, y más si vas ahorrando al máximo con una aerolínea low cost y no facturas. Y, ¿si por un rato, te pones las “zapas” de entreno (que son las que ocupan más) mientras dura el vuelo? No son tan molonas (pero sí las más cómodas, lo sabes, lo sé), pero si así puedes aligerar espacio en la maleta y estar
Recuerda, lo imprescindible de running en el bolso o la mochila. ¿Cuánto ocupa un top o camiseta de tirantes y un pantalón corto o malla? Nada y menos. Si me apuras, y te vas a un sitio con calorcito, un top no ocupa mucho y además, te podrás poner morenita… ¡sin complejos! (¿te vas de vacaciones a un sitio fresquito? las mallas largas tampoco ocupan suficiente espacio como para dejarlas en casa…). Os paso una chuleta de las tres aerolíneas low-cost que más volumen de pasajeros internacionales transportaron a principios de éste 2014: Ryanair, EasyJet y Vueling, según expansión.com.
¿Sabías que…? Un atleta profesional, jamás, mete la ropa de competir y las zapatillas de clavos en la maleta facturada, ¿y si se perdiera?
Dependiendo a dónde vayas,”Be water, my friend”: adáptate al entorno para sacarle el máximo partido.
THE CITY. ¿Vas a hacer turismo a una gran ciudad? Quizás te apetezca alternar el “running tour” con tus paseos por la gran ciudad. Personalmente, me gusta conocer las ciudades a las que voy a competir aprovechando un entrenamiento suave…
Cómprate una guía turística y marca los lugares lugares más emblemáticos de la ciudad y atrévete a recorrerlos sola o acompañada, además de disfrutar al máximo de cada rincón, ¡lo harás a una velocidad de vértigo!
¡Busca el “Central Park” de cada capital! El running ya es un estilo de vida, y cada ciudad tiene sus practicantes, atrévete a entrar en uno de sus parques y únete a ellos en tu sesión. Si por ejemplo, viajas a París, imprescindible ir al Bois de Boulogne al noroeste de la ciudad o al Bois de Vincennes, al sureste. En cambio, si tus vacaciones son en Londres, ¡no dejes de correr por el Hyde Park!
Dato técnico: sube y baja escaleras o escoge una calle que tenga subida siempre que puedas, ayudará a que tus músculos sigan fortaleciéndose. Si la ciudad dispone de algún circuito de actividad física, hazlo, será un estímulo nuevo para el cuerpo además de trabajar diferentes músculos del cuerpo.
THE BEACH. Éste año, toca playa. No problem, tenemos infinidad de posibilidades. Aprovecha las primeras horas, si eres madrugadora, y evitarás las altas temperaturas y la masificación que hay por estas fechas. Si a ti no te va levantarte antes, tú eres más nocturna, la temperatura a partir de las 23h será ideal bajo la luz de las estrellas…¿qué momento deportivo hay que sea más romántico que ese? Aparte de que disfrutarás de la calma de escuchar únicamente las olas romper en la orilla, tener un momento de intimidad, o ver anochecer…puedes añadir dificultad a tu sesión de running dependiendo del objetivo que busques:
Nivel I: lo más light es correr por el paseo marítimo, es plano y no tiene dificultades, además, suele estar bien iluminado. Por el contrario, el impacto por cemento es más intenso para los músculos y articulaciones.
Nivel II: corre por donde la arena está húmeda y dura en la playa, trabajarás más la musculatura de las piernas, y el impacto absorbido por tus piernas será menor. Playas como las que tenemos en norte de España, en San Sebastián La Concha o La playa del Sardinero en Santander, son un lugar increíble para éste tipo de entrenamientos.
Nivel III: si vas buscando trabajar al máximo la musculatura de tus piernas, prueba correr en la arena de la playa donde esta blanda y seca. Notarás que cuesta mucho, pero no te preocupes, el impacto que sufres con éste tipo de trabajo es mucho menor que corriendo en superficies duras, como el cemento, y a las horas, estarás como nueva.
Por último, atrévete a descalzarte y corre por la orilla. Es un placer no sólo porque te sientes en contacto directo con la naturaleza, sino porque es muy agradable de por sí sentir como rompen las olas a tus pies. Además, potenciarás pequeños músculos y articulaciones del pie que no sabías que tenías y te ayudará a prevenir lesiones al reforzarlo.
THE MOUNTAIN. Necesito aire fresco, quiero montaña. Genial, la mejor manera de conectar con la naturaleza es estar inmerso en ella, ¡escucha cada sonido que te ofrezca y siéntete libre! Dependiendo del grado de improvisación que te guste tener en tus vacaciones, te aconsejaría que sigas éstos consejos:
Consulta una buena guía de las zonas verdes o caminos de la zona a dónde vas a ir o acude a un centro de información turística (si duermes en un alojamiento rural, probablemente puedan guiarte con más detalle). Allí podrás averiguar las diferentes rutas a seguir con su distancia-tiempo, dificultad y desnivel. Escoge aquélla ruta más adecuada a lo que buscas:
Nivel I: Senderos o rutas que tengan un desnivel inferior al 5-6% se puede considerar ligero o de nivel fácil.
Nivel II: Un desnivel del 5-6% es un nivel de dificultad medio. En éste entrenamiento potenciarás tu musculatura del tronco inferior aunque el ritmo quizás sea algo más lento al haber más subidas.
Nivel III: Aprovechar la montaña para trabajar la fuerza es una idea estupenda. Desniveles superiores al 5-6% ya son palabras mayores, ¿estás preparada? Puede que se haga duro en ciertos momentos, aprovecha y haz paradas cuando sientas tus piernas sobrecargadas para ver el mundo a tus pies y estirar las piernas.
Si tu opción es hacer una ruta por etapas tipo Camino de Santiago, asegúrate un ritmo caminando vivo y tendrás asegurado un consumo energético similar o más alto aún al de una sesión de entrenamiento. Ten especial cuidado en éste caso con el calzado y los calcetines, ya que las ampollas pueden aparecer y no son buenas compañeras de viaje (pueden llegar a ser muy desagradables y hacerte parar). El peso que cargas contigo también es importante para evitar dolores de espalda, con la acumulación de kilómetros, el sobrepeso lo acabarás notando. Calcula lo que es realmente necesario e incluso compra material de calidad preparado para ello.
Pero…si lo que te va es investigar in situ, pues a perderse por los caminos…eso sí, si no tienes una buena orientación, ve dejando huella, ¡a lo pulgarcito!
No dejes de buscar siempre que puedas un mirador, puedes utilizar esos descansos de maravillosas vistas para estirar tus piernas antes de seguir y si encuentras un río, un lago o una garganta, no dudes en poner tus piernas para que se recuperen.
Ojo al dato: Si vais a hacer rutas en alta montaña, debéis ser realistas en la opción que escogéis para evitar cualquier susto y debéis cuidar los detalles (qué calcetines llevo, el tiempo meteorológico esperado, etc).
Éste post tiene algo de humor, pero lo que verdaderamente quiero deciros es que os animéis a llevaros éste verano vuestras zapatillas de entrenamiento allí donde vayáis y disfrutéis de un verano distinto al que hasta ahora estabais haciendo. Quizás es hora de llevar una vida saludable los 365 días del año, sin que esto suponga dejar de recompensarse y concederse caprichos de vez en cuando. El sentido común ha de ser nuestra guía, siempre y en todos los ámbitos.
¡Estas vacaciones no te olvides tu equipo de running!
Por Mary González
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