Revista Baloncesto

Vasileiadis y los tiros libres golpean al Madrid en Bilbao (86-82)

Publicado el 13 octubre 2011 por Toni_delgado @ToniDelgadoG

Vasileiadis y los tiros libres golpean al Madrid en Bilbao (86-82)

Raül López y Jackson festejan el triunfo - ACB Photo / A. Arrizalaga.


Dice Manel Comas que los tiros libres son lo único que año tras año no evoluciona en el baloncesto, que viene a ser -esto ya no lo añade el técnico- como la materia: ni se crea ni se destruye, sólo se transforma. En este caso evoluciona. Cada vez se incite más preparación física y en la dinámica de tiro, hasta el punto de que algunos jugadores disponen de un entrenador personal. El tiro libre exige al jugador tener la tranquilidad de repetir la secuencia de movimientos con la que no falla y de realizarla fatigado. En Miribilla el Madrid perdió, en parte, porque falló 12 tiros libres (20/32). Sergio Llull, de hecho, erró tres seguidos, seis de once en el global. Mientras que Kostas Vasileiadis metió 6/6, todos en el último cuarto, cuando más penalizaba el fallo y cuando aportó  11 de sus 18 puntos. La tranquilidad del griego de nervios de acero, la genialidad de Aaron Jackson y el trabajo impagable de Roger Grimau en esos minutos permitieron al Bizkaia Bilbao Basket volver a ganar por 86-82 al Madrid, al que ya eliminaron el curso pasado en las semifinales de la Liga ACB. Continúa el Efecto Miribilla.
Fue cuestión de "confianza". "Hemos confiado en la victoria y al final hemos podido ganar", razonó Àlex Mumbrú, un representa de la amplia familia de ex madridista de los Hombres de Negro, en Teledeporte. El Bilbao, como se suele decir en estos cosas acabó venciéndose a sí mismo, pues estuvo a  punto de desperdiciar una renta de 19 puntos (62-42 a los 25m 43s), un parcial fruto de un juego coral arrollador contra el que el Madrid se quedó mudo. El conjunto de Pablo Laso, que cumplía 44 años, malvivía con jugadores intermitentes y sólo reaccionó con los únicos tres que fueron regulares: Felipe Reyes, omnipresente, Ante Tomic, bailarín, y Rudy Fernández, muchas cosas, desde sus mates pasando por las protestas y la buena labor defensiva. Sergio Llull apareció y desapareció con la misma facilidad: le faltó temple al jugador-remontada del conjunto blanco. El Madrid se movió siempre entre extremos. Se puso a un punto a 22 segundos después de que Reyes anotase dos tiros libres, el segundo tras irse al banquillo para secarse las manos con la toalla, en un gesto con el que seguramente quiso encontrar la calma: 80-79. Rudy cometió falta sobre Raül López y éste no falló, tampoco Rudy ni Vasileidis y sí Llull el segundo. El rebote lo tocó -que no agarró- Reyes y ahí se le escapó el partido al Madrid. Un encuentro mejor jugado por el Bilbao, maravilloso en su comparencia con un 14-0 de parcial en poco más de tres minutos, procurándose acciones bajo el aro (de ellas dos canastas con tiro adicional) ante un rival sin voz ni discurso, sin ritmo ni criterio, superado una y otra vez.
Al inicio, 14-0
Le costó un mundo anotar su primera canasta al Madrid, obra de Llull más por habilidad que por pizarra. Señal que el conjunto de Laso no carburaba adecuadamente, empezando por Velickovic, confundido ahora que juega de 4 y que como Jackson se fue al banquillo con dos personales muy rápidas. Aunque el base ya había cumplido anotando cuatro tiros libres y haciendo girar al Bilbao -también giró sobre sí mismo para cedérsela a Banic-.
Todo le salía de rechupete al conjunto de Katsikaris, decidido a olvidar el debut con derrota en Alicante: D'or Fischer se mostraba como un muro, Grimau era una lapa y Raül López, en su estreno oficial en Miribilla, nada más salir rebañó un rebote y no tardó en meter dos triples. El Madrid, poco a poco, salía de su letargo: un triple de Suárez, olvidado por el técnico como el irregular Sergio Rodríguez, otro tiro de tres de Pocius (1/4)... Y la entrada en pista de Rudy, el cromo más ilusionante del nuevo proyecto y el primero que haría las maletas si la NBA vuelve a estar operativa. El mallorquín se ofreció, repartió y protestó mucho. Se enfadó, por ejemplo, con un jugador que, para lo bueno y lo malo, siempre parece estar a punto de explotar: Vasileiadis. El tirador griego fue el máximo anotador con 18 puntos y ofreció un recital de canastas inverosímiles: la primera a una mano, la segunda un triplazo.
Hubo una canasta que Vasileiadis, siempre dado al gesto extremo, no pudo celebrar porque se dolió en la pista. Se fue cojeando al banquillo -le sustituyó Fisher-, pero no tardó en volver y en decantar un partido que se alargó más de dos horas y que resultó muy emocionante. La zona se le atragantó al Bilbao, pero supo sobrevivir al arsenal del Madrid, mermado, eso sí, por la pobre actuación de Carroll (siete puntos, 3/11, sólo lanzó una vez en la primera parte) y por el olvido de Laso de Sergio Rodríguez -hace tiempo que funciona mejor de revulsivo-, Mirotic o Suárez. Entre los tres sumaron... cinco puntos. Los mismos que Grimau. "Los números no lo dicen todo. Roger ha hecho -2 de valoración, pero ha sido clave en la victoria", le elogió Katsikaris. Y tiene razón el técnico, pues capturó un par de rebotes al final, ambos defensivos además de meter sus dos últimos tiros libres. El principal décifit en la estadística, que también señala sus vaivenes hasta el final del tercer cuarto, cuando intentó una remontada muy difícil y que se encargó de complicarse más. Para suerte del Bilbao y de ese jugador Vasileiadis.  
86 BIZKAIA BILBAO BASKET (24+22+18+22): Jackson (12), Grimau (5), Mumbrú (15), Banic (13) y D'or Fischer (10) -quinteto inicial-, Raül López (11), Josh Fisher (2), Vasileiadis (18), Stevic y Hampl. REAL MADRID 82 (14+19+25+24): Llull (10), Carroll (7), Suárez (3), Velickovic (5) y Begic -quinteto inicial-, Sergio Rodríguez (2), Rudy Fernández (17), Pocius (3), Reyes (18), Mirotic y Tomic (17). Árbitros: Martín Bertrán, García Ortiz y Calatrava. Excluyeron por cinco faltas personales a los locales Jackson (min.39) y Grimau (min.40). Incidencias: partido correspondiente a la segunda jornada de la Liga ACB disputado en el Bilbao Arena de Miribilla ante 8.311 espectadores.

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