El pasado 19 de mayo, Vega llegó con su gira de presentación de La Reina Pez hasta Barcelona. Tras varias canciones de un grupo llamado Síndrome de Moscú que hizo las veces de telonero, Vega dio inicio a un concierto en el que no decayó el ritmo en ningún momento. La artista cordobesa se mostró cercana con el público y tremendamente agradecida en todo momento. Daba gusto verla como pez en el agua a pesar de su ataque de migrañas a partir de la cuarta canción. Fueron dos horas de show en las que no paró de encadenar temazos y de interactuar con sus seguidores.
El espectáculo se centró sobre todo en su último álbum, ‘La Reina Pez’, del que interpretó todas y cada una de sus canciones, corroborando que es a día de hoy su trabajo mejor elaborado. Además, todos los temas fueron llevados al directo de forma fiel e impecable y algunos como “Sombras” (con la que empezó su espectáculo) destacaron por unas guitarras eléctricas en los estribillos, que eran aún más potentes que en la versión de estudio. Parecía que el disco iba a sonar totalmente encadenado, pues a esta canción le siguieron “Después de ti” y “Eterna juventud”, igual que en el disco.
Confesó que su canción favorita del álbum es “Santa Cristina” y, a pesar de que Budiño no la acompañaba sobre el escenario, consiguió sacar adelante una versión más rockera que hizo las delicias de todos los asistentes. No solo eso, sino que también dio el título de su segunda favorita, “Dónde estabas tú”, mi canción preferida del disco y una de las que tuvo unos juegos de luces más interesantes, luciéndose bastante no solo a nivel musical, sino también visual.
Si algo me gusta de asistir a conciertos, es que muchas veces el artista tiene a bien hablarnos del significado de algunas de sus canciones. Así pues, Vega nos contó que “Haneke” nos incita a dejar el odio a un lado porque no sirve para nada y “Peces” va de aquellos que se sienten raros, que se sienten diferentes. De hecho, cuando la cordobesa preguntó antes de entonarla si alguien se había sentido alguna vez así, una niña bien pequeña sorprendía diciendo que sí y, cuando volvió a preguntar si había alguien que alguna vez no se había sentido entendido, aquella niña volvió a asentir. Lo cuento como anécdota porque me pareció curioso y quizás gente que estuviera por otra zona no se enterase de esto.
A pesar de que en un par de ocasiones a Vega se le fue la letra, el conjunto del concierto no dejó de ser dinámico y sumamente emocionante en ningún momento. El ritmo era trepidante y se iban encadenando una canción tras otra. Lo bueno de esta artista es que sus discos están repletos de joyas y no le hace falta ceñirse a los singles para sacarse un concierto dinámico y con unas canciones que todo el mundo coree al mismo tiempo.
De hecho, este ritmo trepidante fue de agradecer y se nota también en el disco, que es bastante más up-tempo en su totalidad que ‘Wolverines’, que también acaparó un gran protagonismo, pues de él llegó a interpretar hasta 6 canciones. Resulta fascinante como todo el público se sabía entera la canción que da título a este disco a pesar de su estructura complicada y su enorme letra, aunque la canción de este álbum que más destacó fue “Héroes antagónicos” por ser interpretada con tanta intensidad.
Fue justo antes de interpretar esta canción cuando Vega bromeaba haciendo alusión a que cantaría “Nueva York” (de su álbum Metamorfosis) y el público empezó a cantarla de forma mágica. La artista quedó en shock y no le quedó sino confesar que no iba en serio, pero que había quedado tan bien que improvisaría un fragmento. Y así fue, un breve extracto de “Nueva York” sonó para satisfacer a todos los asistentes.
El repertorio se redujo a los mencionados álbumes, aunque también hubo cabida para un poco de ‘La cuenta atrás’, regalando “El más feliz (finis terrae)” y “Réquiem”. La primera fue puro rock, sobre todo cuando explotó en el estribillo que todo el público coreó entusiasmado ante la sorpresa de incluirla en el set. La segunda demostró que ya se ha convertido en todo un clásico y sonó rotunda (haciendo alusión al título de la canción).
Poco más se puede añadir a la palabra emoción, que resume a la perfección el estado del público y, sobre todo, el de una cantante que lo dio todo hasta llegar al llanto y que terminó cantando el tema que cierra y titula su último disco. “La reina pez” concluyó una velada incitando a remar a contracorriente y a luchar cada día. Con un aliento como ha sido este concierto, nadar en contra ya no parece tan duro. Igual que Vega se mostró agradecida con el público, un servidor se muestra agradecido con ella por ser pura música y una artista transparente sin miedo a sus emociones. ¡Un salve a la Reina Pez!
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