En una pequeña pensión, un día se desata un escándalo. Una mujer casada y con dos hijos, respetable, se fuga con un joven que acaba de conocer. Este suceso desencadena que una anciana le cuente a nuestro narrador (uno de los huéspedes que asisten a semejante osadía) una aventura vivida 20 años antes, cuando, pretendiendo hacer una buena obra, terminó siendo herida y vilipendiada.
En apenas 100 páginas, Zweig consigue crear dos historias cargadas de pasión: la de la mujer que se ha fugado, con la reacción del marido que se queda; y los recuerdos de la anciana, que aunque sólo ocurren en 24 horas, no se queda corta.
El qué dirán, las habladurías, la imagen que los demás tienen de nosotros, es muy importante incluso ahora, pero hace no tanto tiempo, lo era prácticamente todo. Una palabra mal dicha en el momento correcto, y ya cargarás con el sambenito de lo que sea que quieran los demás.
Esta novela hace reflexionar mucho en ese punto, en cómo acciones aisladas y minoritarias pueden destruir una vida impecable.
Lo edita Acantilado, y es una lectura que no os podéis perder. Por no hablar del autor, que cuanto más lo leo, más me gusta.
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