VEINTICUATRO HORAS EN LA VIDA DE UNA MUJER. Stefan Zweig.

Publicado el 26 noviembre 2014 por Beatriz68

       En esta novela Zweig utiliza dos narradores, uno en primera persona , y otro, testigo, en tercera persona. Este narrador testigo es un personaje defensor del papel de la mujer ,y un hombre que intenta comprender en vez de juzgar. Diríamos que es el propio Zweig.
       "...una mujer...se encuentra indefensa ante el poder de fuerzas misteriosas...Y parece que algunas personas experimentan cierto goce en juzgarse más fuertes, más morales y más puras que aquellas que son fáciles de seducir. Yo, personalmente, encuentro más digno que una mujer ceda a su instinto, libre y apasionadamente, que no que...engañe al marido en sus propios brazos y a ojos cerrados."

       El autor narra magistralmente. La descripción que hace de las manos del joven jugador es buenísima , así como todas las palabras que usa para describir su cara,  primero triunfante- aquél frenesí, aquella expresión locamente apasionada, expectante, desenfrenado,sobreexcitado, enajenado, pupilas de poseso, ojos inmóviles, como inanimadas bolas de vidrio, expresión descompuesta por la avidez y la locura, pasión- Después desesperado- se dirigía a cualquier parte fuera de la vida, como un borracho, destrozado, hundido, plomo, cadáver-.

       Pero esta descripción genial de unas partes del cuerpo por la que nos describe el cuerpo entero, y ,yo diría , que hasta el alma del jugador, no me hace conectar con el personaje. Me hace sentir como si no fuera un personaje de verdad, como si  la historia de este joven fuera lo de menos, como si el autor sólo quisiera usarlo como excusa para la narración, para describir la pasión extrema. Creo que no llega ni a darle nombre.

       Luego está ella. Una mujer ya madura. Me ha parecido un recuerdo de Ana Karenina. Incluso hay un momento que habla de las ruedas del tren. Pero esta mujer es viuda , con hijos de la misma edad que el joven por el que pierde la cabeza, hijos que no le hacen mucho caso. En un principio, el interés que siente por él es sólo un interés de madre. A partir del momento en que él la confunde con una "coquette", la cosa cambia, aparece el deseo desbordado.

       He dicho más arriba que me recordaba a Ana Karenina. La diferencia está en que esta mujer al ser viuda , no está traicionando a nadie y , además, no tiene ningún testigo de su "pecado" , aparte del joven. Por tanto no se quita la vida como Ana. Es humillada pero dice: "...después de haber deseado morir en el acto, me repuse enseguida pensando que todo dolor es cobarde, puesto que retrocede ante el poderoso imperativo de la vida que parece adherirse a nuestra carne más intensamente que cualquier dolor mortal lo está a nuestro espíritu."
       Aunque su mundo interior ha sido destruido, sólo piensa en volver a su verdadera vida.Pero reconoce que nunca en su vida había sido más feliz, y que hubiera sacrificado todo por aquél hombre.Y es que había sido una mujer que había vivido ajena a la pasión y últimamente también en soledad. Pero esta mujer es ;capaz de remontar y llegar a la vejez con serenidad. Eso sí, ha estado toda su vida obsesionada "por un solo día de su existencia...cuán poca importancia tiene, dentro de una larga existencia, el haber obrado mal en una sola ocasión.Pero no podemos librarnos de eso que llamamos conciencia".
       Zweig critica cóm la educación ha maltratdo a la mujer y su deseo. Si lo vive lo goza, pero si lo goza llega la culpa.


       Me gustaría terminar con unas frases.

       "...mágicas manos que con cada uno de sus músculos expresaban plásticamente toda la escala ascendente y descendente de los sentimientos."

      "...una hora infinita, durante la cual millares y millares de pequeñas ondas del mar invisible cortaban el tiempo."


       "..., cuando oí, en medio de aquella pausa tan tensa en que parece vibrar el silencio, aquella pausa que produce la bola, ya mortalmente fatigada, se bambolea entre dos números..."
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