Veintiocho de Febrero ¿Algo que celebrar?

Publicado el 28 febrero 2013 por Cspeinado @CSPeinado

Foto de Internet. Que penita madre...

Si no fuera por los días festivos que generalmente se pillan en éste día, yo diría que no hay demasiado que celebrar durante el veintiocho de Febrero, fecha de la autonomía del Andalucía. Rememorando para quien no conozca el asunto a fondo, la autonomía andaluza se consiguió de manera ilegal, al estar la provincia de Almería en contra y promoviéndola por cojones desde las filas autonomistas mientras se les hacía la boca agua por todo lo que iban a pillar. Después ya sabemos lo que ha venido. Subdesarrollo, paro, clientelismo y fracaso escolar. Eso sí, ya empezamos a ser tontos diplomados, que la Junta te dá el título de la ESO aunque vayas con todo suspenso. Y no sólo eso, te da cuatrocientos euretes al mes durante un año y el resto de tu vida puedes vivir sin apenas trabajar, presentando unos jornalillos, los de la siniestra te apañan el PER y a vivir del carajo que lo paga el resto de autonomías. Un chollazo incomparable que nos convierte en el culo de Europa desde muchos puntos de vista, pero que a nosotros nos importa un cojón de mico. 
Veintiocho de Febrero.
Cómo todos sabemos, a excepción del grueso de los que han estudiado la LOGSE, el estado Español se convirtió en sujeto kamikace alcanzado el constitucionalismo permitiendo a todos los territorios que lo quisieran, convertirse en comunidades autónomas. Si Vasconia y Cataluña lo habían hecho, ¿Por qué íba a ser el resto menos que ellos? Así que juntándo provincias que no tenían nada que ver, pues ni cultural, ni territorial, ni fónicamente pegamos ni con cola, se hizo una Comunidad Autónoma chachi al sur de Despeñaperros. En aquel momento África subió desde Ceuta y Melulla y pasó a empezar en el Salto del Fraile. A posteriori siguió ascendiendo hasta llegar a los Pirineos pero aquí sómos más africanos que el resto de España, faltaría más. Nacería así un pseudo estado subsidiado en el que el Paro, la incultura y la incapacidad manifiesta de salir adelante dejando veinte minutos de lado la fiesta y la juerga camparían a sus anchas durante más de treinta años.
Cómo bien es sabido, cómo mejor se vive es sin trabajar. Ahí tenemos la provincia de Sevilla, con doscientos cincuenta mil parados en los que tiene su gran feudo los del capullo. Para ellos y todos los demás parados de Andalucía no existe el vocablo emprender, industrializar o el concepto establecer una empresa. Aquí preferimos el texto trapichear, cobrar el paro agrario y poner el grito en el cielo si el gobierno nos dice que hay que tener algún que otro jornal para poder conseguirlo, que si no si que iba a ser barra libre, apuntándose a cobrar del Campo hasta los que llevan en el nicho doscientos años. Y es curioso, pues en Cádiz se inventó el constitucionalismo español y no dudo que se hizo más con la intención de institucionalizar el perrerismo y trapicheo andaluz en el nuevo concepto de politicastro profesional, de los que hemos dado tan y tan buenos ejemplares a la zafiedad pública española. 
Fiesta de Andalucía.
Aquel veintiocho de Febrero de mil novecientos ochenta y uno, unos señores muy listos, removieron a la multitud, bastante inculta, diciéndoles que gracias a la autonomía Andalucía pasaría a ser una potencia mundial. Verdaderamente lo conseguimos. Nos convertimos en la potencia mundial del fracaso escolar según los infórmenes Pisa, un lugar donde deslocalizar se convirtió en algo sencillo gracias a la ingentes subvenciones que la Junta daban a las multinacionales que ahora se van largando poco a poco a otros lugares mucho más atractivos y un sitio donde la Derecha es un ente difícilmente identificable pero que todos los gañanes de la comunidad identifican con esos que en los años sesenta nos quitaban los derechos y nos hacían trabajar de sol a sol... Se ve que ahora se tienen muchísimos derechos, poquísimas obligaciones y ya no se trabaja ni de sol a sol ni de sol a media mañana, pues ni hay trabajo, ni las intituciones tienen demasiado interés en que lo haya. Es mejor seguir pagando subsidios, asegurar los votos y continuar siendo la garrapata del resto de España. 
Por el resto, pues nos fijamos en el más tonto que podíamos fijarnos. En Blas Infante. Un maestrillo que creía a píes juntillas que Andalucía tenía que anexionarse a Marruecos. Supongo que para poder fumar kifi todo el santo día y ponerse hasta el culo de té. Seguro que los de la Cruzcampo fueron los primeros en poner el grito en el cielo al escucharle. No sólo eso, se convirtió al Islam en la cuna más semanasantera y cofrade de toda España y su bandera (los vascos tienen su cruz con la Ikurriña y nosotros con el Trapo), era un fiel reflejo de los colores del Islam, sólo hay que comparar la bandera de Arabia Saudí con la de Andalucía. Tal para cual. Un pobre tonto a los que lso que ahora ocupan el Palacio de San Telmo tomaban por imbécil llamando, cómo he señalado anteriormente a su bandera, el Trapo y que ahora pierden el culo por enaltecer la figura de un don nadie que si por él fuera habría puesto la corte de Hassam II en la misma Sevilla
Nada que celebrar.
Otro año más, los que ganan mucho con el rollo de la autonomía harán su actito institucional, imponiendo la medallita de Andalucía a los cuatro botarates que se presten a ello y después se iran a ponerse hasta el culo en su marisquería de confianza o directamente en el Hospital de las Cinco Llagas, sede del Parlamento a costa del Erario Público. Mientras podran seguir celebrando todo éste gran evento los de Santana Motor, Roca, Danone, Delfi, los que siguen sin trabajar o no lo han hecho en su vida pues ya nacieron cobrando de los ERE, los que viven de Invercaria, estuvieron en EDM o se comieron sus buenas cigalas a costa de Mercasevilla, sin olvidar los afortunados apoderados de Matsa o a los que les dejaron las tierras hechas un asco los de Boliden en la Mina las Cruces. También podrán celebrarlo con la carta de despido en la mano los de Isla Mágica y los que podrían haber sido funcionarios de no ser porque hay treinta y cinco mil enchufados en la Junta de Andalucía. Lo dicho, para celebrar.