Antes de iniciar los partidos la gente de Independiente deja muy en claro sus preferencias. Cuando el equipo sale a la cancha y se va acomodando para iniciar el partido, son 3 los jugadores ovacionados y destacados por toda la parcialidad roja. Primero, cómodo y sin discusiones, aparece Gabriel Milito, símbolo de la institución y último gran ídolo rojo. Luego, el elegido es Eduardo Tuzzio, referente de los últimos años y uno de los pilares de la obtenida Copa Sudamericana 2010. Y por último, y no por eso la ovación es menos ruidosa, entra en acción quien hoy es nuestro hombre, Julián Velázquez.
Y no es casualidad. A pesar de su corta edad, La Avispa supo ganarse el corazón de los hinchas de Independiente a fuerza de sacrificio y grandes actuaciones desde su primer partido. Ya sea de central, su posición natural, o de lateral, su posición secundaria para cubrir urgencias del equipo, Velázquez explota al máximo sus dos principales cualidades: la velocidad y la marca, a tal punto que logra convertirse en un jugador implacable en el mano a mano.
A pesar de haber estado alejado de las útlimas convocatorias de Sabella por los compromisos internacionales de su club, el correntino suena con fuerza para las próximas listas de Pachorra, quien justamente aún está en la búsqueda de los centrales ideales para la defensa argentina.
Pero no sólo es observado por el técnico de la selección. Según trascendió en las últimas horas, Velázquez empezaría a ser analizado por emisarios del Fútbol Club Barcelona a partir de las próximas fechas del Apertura 2011. Si bien aún está vigente, los constantes problemas físicos que tiene hacen suponer que el retiro de Carles Puyol es inminente, por lo que los catalanes ya han iniciado la búsqueda de un reemplazante. Salvando las diferencias y evitando las odiosas comparaciones, el jóven central de Independiente tiene con qué para cumplir las expectativas. Además, sería clave la participación de Gabriel Milito como intermediario.
En medio de la vorágine que el fútbol le propone a cualquier jóven que empieza a tener éxito, la Avispa se encontró con un obstáculo en el que terminó sacándola barata. Esta madrugada, Julián decidió partir en auto junto a varios familiares hacia Buenos Aires desde su Corrientes natal por las demoras en los vuelos generadas por la insistente ceniza. Y a las 4 de la mañana, tras intentar eludir a un ciervo que se cruzó en el camino, el auto realizó un trompo para luego dar un tumbo que por suerte fue frenado por un sanjón. Lo que podría haber sido una tragedia terminó en simples cortes para todos y la promesa roja estará en los entrenamientos desde el día de mañana.
Todo terminará en una simple anécdota, pero lo que está claro es que este gran proyecto de jugador jamás se olvidará de esta semana de octubre en la que, en pocas horas, se dio el lujo de evitar una desgracia y de escuchar su nombre como posible refuerzo del mejor equipo del mundo. Quizás su humildad y su perfil no le generen la prensa que otros juveniles han tenido, pero no quedan dudas que a la Avispa le espera un futuro grande.