La primera fecha del torneo Apertura había dejado un puñado de mediocres partidos y un dato curioso: ninguna victoria de los que jugaron de local. Habían sido 6 empates y 3 triunfos de los visitantes. Y el inicio de la segunda fecha siguió con la misma tónica, porque Arsenal derrotó 3-1 a Atlético Rafaela.
Pero la racha se cortó y no podía ser otro equipo que Vélez Sarsfield, el actual campeón del fútbol argentino y candidato firme a repetir el logro. El conjunto de Ricardo Gareca derrotó claramente por 3-0 a un Banfield apático y le dio más valor a su empate ante Godoy Cruz, el cual –si bien contó con un hombre de más durante más de un tiempo- sirve teniendo en cuenta la fortaleza del Tomba.
Por el momento al Fortín no le pesan las ausencias de Maxi Moralez y de Ricky Alvárez, ambos transferidos a Europa. Porque la base es la misma. El arquero y la defensa no se han modificado y mantienen la misma solidez de antes. En el medio, Augusto Fernández sigue en alza mientras que Héctor Canteros y Alejandro Cabral reemplazan con altura a los lesionados Zapata y Razzotti.
David Ramírez, si bien no cuenta con la explosión y la imprevisibilidad de Moralez, aporta su cuota de talento puro y siempre está amenazando con meter un gol. Y, por supuesto, el toque final lo dan el Burrito Martínez y Santiago Silva, la mejor delantera de Argentina. Justamente ellos convirtieron dos de los tantos ante el Taladro, mientras que Ortiz había estampado el 2-0.
Lo de Banfield muy pobre. El resultado pudo haber sido más abultado, pero Vélez le perdonó la vida. Cinco goles en contra y ningún punto es el saldo tras dos fechas. Pero lo más preocupante es que no genera absolutamente nada, pese a contar con dos delanteros de referencia como Jorge Achucarro y Hernán Rodrigo López.
Más temprano, Arsenal liquidó su encuentro en 32 minutos frente a Rafaela. A esa altura ya estaba 3-0 gracias al gol inicial de Obolo, al doblete de Leguizamón y a los horrores de la defensa santafecina. Castro, de penal, decoró un poco el marcador para una Crema que fue lo opuesto a lo que había sido en su debut.