En días donde la frase Fin de ciclo hace ruido en algunos de los principales equipos del fútbol mundial, Vélez parece hacer oídos sordos. Como todo conjunto que llega a lo más alto, el fortín despierta la inevitable curiosidad por saber cuándo se tomará un descanso de tantos exitos. En medio de un fútbol mediocre que entre su bajo nivel y la corta duración de los torneos le da la chance de ser protagonista a cualquier oportunista, los de Gareca van logrando a través de los años lo que nadie puede en estos tiempos: mantenerse en la cima.
En Vélez nada está librado al azar. Como si fuera poco contar con uno de los mejores técnicos del país y un gran plantel de profesionales, año tras año cuerpo técnico y dirigencia trabajan en conjunto para mejorar aquellas cosas que aún no están al nivel del club. Lejos de caer en la triste costumbre argentina de comprar mucho y mal, los de Liniers hacen el esfuerzo cada vez que lo consideran necesario y en este semestre se convirtieron en el equipo mejor reforzado al incorporar a Federico Insúa, Mauro Obolo y Lucas Pratto.
Y al menos por lo visto en las tres presentaciones oficiales del equipo, los refuerzos parecen ser acertados una vez más. Ayer, ante Banfield, tanto el Pocho como el ex Arsenal de Sarandí convirtieron y fueron claves en el funcionamiento del equipo, que pedía a gritos la incorporación de jugadores en los últimos metros de la cancha tras la salida hace un tiempo de Santiago Silva, Maxi Moralez y Ricardo Álvarez.
Cansado de arranques dubitativos que han sabido complicarle la vida durante semestres anteriores, esta vez Vélez parece estar decidido a pisar el acelerador desde el arranque. Con dos merecidas victorias (Defensor Sporting y Banfield) y un empate en el que fue superior a su rival (Godoy Cruz), los de Gareca iniciaron el año con el pie derecho y confirmaron su condición de candidato en ambas competiciones.
En resumen, Vélez aparece como la excepción a la regla en medio de nuestra triste realidad futbolística. Cuando ya nadie golea, ahí aparecen los de Liniers para convertir en cantidad, en tiempos donde pocos se animan a tratar bien la pelota, ahí se encuentra el fortín intentando jugar bien una vez más. Sólo la doble competición puede frenarlo un poco, pero no hay que olvidarse: Vélez es candidato siempre.