Si hay algo en lo que todos estamos de acuerdo, es que en el fútbol actual la velocidad de las
acciones ha aumentado, los jugadores han mejorado su capacidad condicional y los sistemas de
juego han evolucionado hacia la reducción de espacios, con lo que los jugadores tienen menos
tiempo para pensar sus acciones y lo tienen que hacer todo a la mayor velocidad posible.
La velocidad siempre ha sido una parte importante dentro del fútbol. Eso sí, las formas de
mejorarla han cambiado mucho a lo largo de los años. Antiguamente se trabajaba
fundamentalmente la velocidad de reacción (casi siempre ante estímulos acústicos y sin toma de
decisiones) y la velocidad de desplazamiento (utilizando series de 30-40-50 metros de velocidad
a la máxima intensidad posible intercalando largas pausas).
Actualmente el entrenamiento de la velocidad no se basa sólo en un aspecto condicional. Se
ha dado un paso más y se intenta combinar el aspecto condicional con el cognitivo. Un jugador
no sólo es rápido por su capacidad para correr sino por su capacidad para decidir más rápido y
emplear su velocidad en el momento y lugar adecuados.