Ven a Guardo

Por Monpalentina @FFroi

Antonio Allende, director de la Coral Mixta de Guardo, me recuerda al Roblón, al camino, a la fuente. El chascarrillo es la constante en la conversación de Antonio. Aún dentro de su menuda constitución, es fuerte como el roble; es cantarín, como la fuente, y hace camino en sus composiciones: camino hacia Castilla, hacia Guardo, hacia la montaña...

Javier Ribas Talens, valenciano, palentino o, viceversa, que obtuvo con “La oportunidad” el Premio Provincial de la última convocatoria del Concurso Internacional de Cuentos de Guardo, nos cuenta a las puertas de la Iglesia de Santa Bárbara, donde tiene lugar el acto de la entrega de premios, la sensación que le envolvía a medida que se iba acercando a la localidad, cómo se le iba llenando el corazón de un algo, de qué modo se le mostraba una tierra distinta de la que no había oído hablar en parte alguna.Cuando a nosotros nos parece que ya está todo dicho, que el boca a boca ha funcionado; que los medios de comunicación, teniendo en cuenta el bajo índice de lectura que impera, han conseguido trasmitir el mensaje, viene Talens y nos dice que, perdonemos, pero que es la primera vez, que Palencia no suena mucho, que esto parece el camino de otro relato, y lo curioso es que lo dice, si es verdad que lo siente, a las puertas de la montaña, sin haber accedido al corazón de Fuentes Carrionas y haberse dado cuenta entonces de lo grande que es el mundo, de los misterios que te aguardan, de las sensaciones que te esperan al ver la falda del Espigüete desde Alba, o celebrar en las Campas de Puente Agudín el día de la comarca.Jaime García Reyero, el roble literario, el “cuentor” de Guardo, lleva el nombre de esta villa palentina por el mundo a lomos de este Concurso Internacional que este año le da el galardón a un cubano, Vicente Monzón Ambou. Hay una curiosa leyenda en torno a “Estebita, Dios ceguezuelo”, el relato ganador. Este año los matices son otros: calientes como el tiempo, con lo que, el jurado se ha puesto a la altura de las circunstancias y ahora que “La Sonrisa Vertical” ha decidido dar carpetazo a su concurso, van ellos y abren una ventana al erotismo. Parece que todo el mundo ha respirado ante la decisión mayoritaria de no darle lectura en el templo, ante gente mayor que no hubiera visto con buenos ojos aquella sinfonía erótica de contenido caribeño.Javier González Vega, voz importante del Grupo Literario, que se atreve en solitario contra los demonios -que ya le han levantado la mano en claro intento de sellar su boca-, (milagro que respire viviendo como dice de la literatura, con lo difícil que es encontrar un jurado que tenga nuestros gustos y que se meta en las historias que enviamos), se muestra como palafrenero desbocado ante un alcalde demasiado recto, a quien le pide, qué menos para una villa como Guardo, un local donde lo mismo pueda presentarse este concurso que dar un concierto la Coral de Antonio.Lo cierto es que después de treinta años en la parrilla de las actividades culturales, la numerosa participación exige, a mi entender, y expongo, varias medidas:Se han de incrementar los premios y el número de premiados. Sería justo un primero, un segundo y un tercero e incrementar el premio a un autor local. El jurado es consciente de la sensación tan rara que les ha de quedar a quienes, por norma general, resultan justos y reñidos competidores.Cuando la calidad es elevada, que no hay duda y el número de participantes pasa de los 500, se hace necesaria una revisión del asunto donde se impliquen seriamente los organismos palentinos y tengan su justa recompensa jurado y pregonero.Estos cuentistas estarán obligados, residan donde residan, a venir a Guardo para recoger el Premio y, la prensa, la radio, los propios ganadores serán embajadores fieles de esta montaña nuestra, que alcanza con este proyecto que empezó siendo un juego, una dimensión histórica.Desde 1974, cuando Agustín Gutiérrez, un vecino de Dehesa de Tablares, se alzó con el premio de Slogans turístico que decía: “Ven a Guardo, que te aguardo”, el mismo año que nace la revista “El Roble”, con estos inquietos personajes y otros que no he llegado a conocer, pero que me consta que están ahí y se mueven, Guardo ha tomado un rumbo nuevo.Que no es bastante, que se necesita más apoyo e inversión, que de su empuje dependen después el despertar de muchos pueblos que sobreviven en el contorno, es algo que todos tenemos asumido.Guardo ha de ser un clamor constante y permanente y aquí va, si de algo sirve, mi apoyo publicitario, para que mañana ninguno de los autores premiados venga diciendo que Palencia no existe.


Cartas al director en Diario Palentino
Palencia desde fuera
Hace unos días tuve la suerte de ser mencionado en este periódico por una de las personas más preocupadas con el desarrollo de la tierra palentina. Le conocí en la entrega de los premios de cuentos de Guardo, donde él, Froilán de Lózar, fue pregonero. En algún momento distendido me preguntó sobre cómo veía Palencia un valenciano residente durante el último año en la ciudad. Respondí que mi admiración por esta tierra crecía por momentos, que la iba descubriendo poco a poco y que cada nuevo hallazgo hacía que Palencia se me hiciera más digna de alabanzas. Le comenté que se las merece por su historia, reflejada en los innumerables monumentos, por su geografía, espectacular en su configuración y colorido cambiante, y por su gente, conocedora de su tierra y siempre dispuesta a acompañarme en la aventura de comprender sus costumbres y el entorno que las acoge. Sería prolijo nombrar todos los sitios que he recorrido.De Lózar, en su artículo -como guardián de las virtudes de esta provincia- además de recriminar mi desconocimiento de Guardo y sus alrededores, confiaba en que mis palabras de elogio hacia Palencia fueran sinceras. Dado que no nos conocemos aún suficiente, es lógico que le quede alguna duda ante mi declarada admiración, pues pudiera pensar que la entrega de un premio obliga a ser agradecido con quien lo otorga. Desde aquí quiero decirle que no, que mis palabras de aquel día no provienen de una correspondencia de intereses sino que es la expresión sincera de un sentimiento en el que el asombro juega un papel importante. Pues sorprendente es para un valenciano todo lo que esta tierra ofrece. En estos momentos, frente a las playas de la costa levantina donde tengo la suerte de veranear, he vuelto a acordarme de Palencia y de la conversación que mantuve con mis amigos de aquí, de Valencia, a las tres de la madrugada, con 32ºC, húmedos, que nos hacían sudar y que imposibilitaban cualquier intento de conciliar el sueño. Trataré de transcribir parte de la conversación mantenida. Todos mis amigos fueron describiendo los viajes que iban a hacer aprovechando sus vacaciones o los que recientemente realizaron: Cataluña, Extremadura, Andalucía ... incluso Teruel. Salió la que también existe. Pero nadie nombró la Tierra de Campos. Un poco encorajinado por el olvido y también movido por la curiosidad frente a las posibles respuestas -lo reconozco-les invité a visitar Palencia. - iValencia? Javier, estás tonto, pero si estamos aquí todo el año. Tuve que repetir el nombre. Se produjo un silencio profundo. Las miradas se cruzaron y acabaron centradas en mí. Antes de que pudiera repetir mi propuesta, el más ocurrente arrojó su comentario como un dardo: - ¡Javier, conozco más gente que ha estado en Nueva York que en Palencia! Desde luego frente a mis amigas hice una defensa numantina de mi sugerencia y de hecho creo que conseguí que algunos supieran de las cualidades de nuestra tierra: monumentos, paisajes, clima, cocina, gente, ... e incluso sé que vendrán a visitamos. Pero la certeza del desconocimiento general me deja más que preocupado, pues reconozco que a mí, antes de venir a trabajar aquí, me ocurría lo mismo. Sólo al instalarme aquí he tenido acceso al conocimiento de Palencia: leo nuestros periódicos, veo nuestros programas televisivos, hablo con los lugareños y recojo cuanta publicidad institucional hay en las oficinas de turismo de cada localidad. Pero, claro, todo eso no sale de aquí, y si sale, que lo dudo, no llega a quien tiene que llegar ofreciéndole lo que busca. Soy un convencido de que Palencia tiene mucho, solo que está oculto, y ya sé que tal vez falten medios, pero no tenemos que olvidar que la imaginación hay veces que suple con creces las carencias monetarias, si las hay. Pero sepamos que fuera de nuestra tierra hay mucha gente que busca lo que le podemos ofrecer. @Javier Ribas Talens 13 Septiembre de 2004