Argumento:
Jenny Waynest salva a Gareth de unos asaltantes. El joven busca al vencedor de dragones John Aversin, pareja de Jenny, para encargarle, en nombre el rey, que acuda a la corte a salvarles del dragón Morkeleb, que ha invadido la Gruta de Ylferdun y expulsado a los gnomos que la habitan. Los tres inician el camino hacia la aventura.
Comentario:
En el habitual prólogo de Miquel Barceló a la edición de Nova, explica que decidieron traducir el título de la novela como «Vencer al Dragón» en lugar de «El vencedor de dragones» que viene a ser la traducción más clásica porque, además de que en inglés «Dragonsban» no tiene género específico, también Jenny tiene que ver en la misión.
En realidad Jenny es la protagonista de la novela, pues es desde su punto de vista que se relata toda la historia, son sus pensamientos, emociones y opiniones sobre el resto de los personajes los que se transmiten en el texto. De hecho, el enfrentamiento de John con Markeleb no se muestra, pues ella sólo presencia las consecuencias.
El clasicismo de la trama, grupo de personajes que parten a la aventura para salvar a los oprimidos, se beneficia de un punto de vista diferente, que comienza desde el protagonismo femenino hasta la desmitificación del supuesto romanticismo de ser un héroe o la presencia de unos protagonistas más humanos, falibles, inseguros y contradictorios de lo habitual.
De esta forma se plantea la diferencia entre el idealismo casi infantil de Gareth, quien cree que las baladas relatan los hechos de la forma que ocurrieron y la sucia realidad de un «héroe», John, de aspecto poco heroico a quien se presenta por primera vez metido entre una piara de cerdos, ocupado en el estudio, con gafas y no especialmente atractivo, a quien le costó mucho vencer a aquel primer dragón que le hizo famoso y se muestra poco dispuesto a intentar otra aventura similar.
Durante el viaje que emprenden los tres protagonistas, la autora sigue profundizando en las personalidades de los personajes mediante las pruebas que han de pasar en un periplo que se hace algo largo, como el encuentro con una especie de fantasmas que afectan a las personas con aquello que más temen o un pueblo con gustos culinarios diferentes.
Cuando finalmente Jenny y sus acompañantes llegan a la corte, se muestra la relativa frivolidad de sus habitantes o la inteligencia de John al comportarse deliberadamente como un bufón para cambiar la opinión que tienen de él.
También aparecen dos hechiceras, la humana Zyerne, amante del rey, y la gnomo Mab, preocupada por su pueblo, que contribuyen a hacer pensar a Jenny sobre sus problemas con la magia y el precio que se ha de pagar por el desarrollo pleno de los poderes.
En el prólogo, Barceló también comenta que la autora, aun utilizando los elementos más clásicos del género, escribe una fantasía adulta.
Y tiene razón, porque los temas que desarrolla y la forma en que lo hace son poco habituales. Sin embargo, la continua reiteración por parte de Jenny de cuáles son sus dudas y problemas puede acabar resultando algo cansina, lo que perjudica el ritmo y rebaja el interés en la lectura.
Porque la autora, que plasma con escenas vívidas todo aquello de lo que quiere hablar, también lo explica, una y otra vez, como si temiera no ser capaz de transmitir lo que pretende, con lo que muchas veces está cerca de estropear lo que cuenta con lo que desmenuza, siendo el resultado final una novela bienintencionada con un resultado irregular.
Mención especial merece la poca revisión del texto, en el que se encuentran algunas erratas, frases estructuradas de forma inadecuada y, lo peor, parece que se les hay caído un montón de comas por varias páginas que no vienen a cuento, puestas entre palabras que no se pueden separar. No es que le den otro sentido a la frase, sino que le quitan cualquiera que podría tener. Algo más que dificulta el disfrute de la novela.
*** T ***
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