Todo sucedió en una tienda Elektra ubicada en la capital del altiplano potosino: Matehuala. La mujer logró comprar una pantalla por el precio de 2.29 pesos. Esto se debió a que fue mal etiquetada la pantalla cuyo precio real es de 2299 pesos, la cual finalmente se terminó vendiendo en esa risible cantidad.
Por supuesto fue necesario la intervención de la PROFECO para obligar a la tienda a respetar el precio etiquetado, por lo que no quedó más opción que vender la pantalla a precio de un tostón.
En redes sociales los comentarios han sido diversos, entre quienes alegan que no hay que desaprovechar la oportunidad, a quienes señalan que este tipo de acciones abusivas tienen hundido al país.
Fotografía de Ángel Fabian, Quadratín SLP