Nuestra experiencia en la boutique ejemplifica cómo en algunos campos la acción de compra-venta ha evolucionado. Para empezar sus establecimientos no son tiendas, concepto este último más asociado a un tradicional mercado de barrio, son boutiques. La decoración era de líneas muy audaces con las cápsulas alineadas en perfecto orden o bien simulando sinuosas formas propias de cuadros vanguardistas.
Está claro que esto dista mucho de acudir al centro comercial, pasillo de los cafés y pillar una caja de cápsulas. En este caso, te ofrecen la posibilidad de sentirte por unos instantes como perteneciente a un selecto club, una pequeña intrusión a un mundo de exclusividad reservado a unos pocos afortunados pero por unos pequeños instantes totalmente accesible.
Los mercados se han vuelto mucho más infieles, el comprador conservador fidelizado a una marca está desapareciendo en pos de un consumidor más exigente, innovador y con un abanico inmenso de posibilidades al alcance de su mano. De esta manera nace la idea de brindar memorables experiencias a los consumidores así como productos mucho más personalizados.