Por eso resulta paradójico que Cate Blanchett, la única estrella de Hollywood que se ha atrevido a pasar por el Lido, como presidenta del jurado defienda en su discurso de inauguración las salas de cine frente a la "monocultura del streaming". Cate Blanchett, que este año ha protagonizado la serie Desplazados para Apple TV+ y Mrs. America para Hulu, que pone voz a uno de los personajes de Pinocho (Guillermo del Toro, 2021) y a la serie Homemade, y será protagonista en la película Don't look up (Adam McKay, 2021) las tres para Netflix.
También resulta paradójica la pretensión de Alberto Barbera de convertir la Mostra de Venecia en el festival que reivindica las salas de cine, cuando desde hace dos años se viene beneficiando de la negativa de Cannes a incluir en su Sección Oficial películas producidas por la plataforma Netflix. Así, en 2018 Venecia entregó el León de Oro a Roma (Alfonso Cuarón, 2018), y el año pasado programó tres títulos de Netflix: Historia de un matrimonio (Noah Baumbach, 2019), The king (David Michôd, 2019) y The laundromat. Dinero sucio (Steven Soderbergh, 2019). Quizás esta posición del director de la Mostra de Venecia hubiera sido diferente si Netflix hubiera querido proyectar en el festival algunos títulos destacados como Estoy pensando en dejarlo (Charlie Kaufman, 2020), el esperado regreso del director que se estrena hoy; El diablo a todas horas (Antonio Campos, 2020), con Robert ("Batman") Pattison y Tom ("Spiderman") Holland; o Enola Holmes (Harry Bradbeer, 2020). La Mostra de Venecia ha optado necesariamente por ser un festival de cine de autor en esta edición, ese del que los grandes festivales huyen como espantados, porque la alfombra roja no tiene color para Abel Ferrara, Amos Gitai, Kiyosi Kurosawa o Luca Guadagnino. En Venecia estarán, previo PCR, Pedro Almodóvar y Tilda Swinton presentando un cortometraje, y Alex de la Iglesia presentando una serie para HBO España. El cine podrá estar resistiendo, pero los directores de cine parecen estar en otros menesteres . La recuperación del cine "tradicional" no parece estar cerca, por mucho que Tenet (Christopher Nolan, 2020), la peor película de su director, haya encabezado la bandera de la resurrección de los espectadores con mascarillas. Y menos ahora, que la industria de Hollywood tiembla con el reciente positivo en coronavirus del actor Robert Pattison, que ha obligado a suspender el rodaje de The Batman (Matt Reeves, 2021), pero sobre todo pone en duda la efectividad de las medidas de bioseguridad implementadas por los estudios para poder reiniciar sus rodajes. O con los continuos retrasos en el rodaje de Misión Imposible 7 (Christopher McQuarrie, 2021) y Misión Imposible 8 (Christopher McQuarrie, 2022), que han llevado a Tom Cruise a fletar dos cruceros apostados en la costa noruega que sirven como escenario de la película, pero también como hoteles donde está aislado todo el equipo de rodaje, tras la polémica decisión del gobierno de Noruega de hacer una excepción en sus férreas medidas de cuarentena para que la estrella de Hollywood pueda rodar sus películas en el país.Quizás, finalmente, la caprichosa celebración de la Mostra de Venecia este año sí pueda servir para replantear algunas cuestiones relacionadas con la función de los festivales de cine. Porque, por lo menos en esta edición, las miradas de los medios de comunicación dedican más atención a esas estrellas del cine que no son tan populares, en una alfombra roja que parece más el Carnaval que una fiesta cinematográfica, con tantas mascarillas de diseño desfilando por ella. Pero también es necesario reflexionar sobre por qué hace falta realizar este tipo de celebraciones en medio de una situación inestable, tratando de forzar una nueva normalidad que no existe.
Roma, Historia de un matrimonio, The king, The laundromat, Hecho en casa y Estoy pensando en dejarlo se pueden ver en Netflix.
El diablo a todas horas se estrena el 16 de septiembre en Netflix.
Enola Holmes se estrena el 23 de septiembre en Netflix.The Batman se estrena el 1 de octubre de 2021.