Venecia es, para algunos, la ciudad más bonita del mundo. Y, quizás, no anden muy equivocados. Palacios, góndolas y adorables rincones llenan sus calles edificadas sobre el agua. Los turistas se cuentan por miles, mientras su población desaparece a un ritmo vertiginoso huyendo a lugares más tranquilos, siendo esta despoblación solo comparable con la peste bubónica que vivió la ciudad en 1630 y de la que tardó más de un siglo en recuperarse.
Sábado 5 de agosto
2.200 kilómetros separan Barcelona de Montenegro, lo que nos supone cuatro jornadas de viaje de un máximo de 700 kilómetros cada una.
Como siempre solemos hacer, el mismo viernes que cogemos vacaciones adelantamos la primera de las tiradas y descansamos esa noche unas horas en alguna estación de servicio de Francia. Pero este año la policía francesa nos recomienda no parar en ninguna estación de la autopista del Mediterráneo de la zona francesa, por peligro de robos especialmente a las caravanas y autocaravanas. Lo cierto es que ya hace años nos recomendaron lo mismo y en foros siempre desaconsejan esta zona para parar, así que a pesar de las horas que son y del cansancio, decidimos seguir y parar una vez pasada la frontera italiana.
A primera hora de la tarde, justo para comer, llegamos al camping Miramare en Punta Sabbioni que nos servirá de campo base para visitar Venecia durante dos días.
Situado justo delante de la laguna y a pocos minutos del vaporetto que lleva a Venezia, este camping es una buena opción para los ruteros, ya que la mayoría de campings de esta zona son villas vacacionales que exigen un mínimo de siete noches en temporada alta.
Aprovechamos la tarde para descansar, darnos un baño en la piscina y ver atardecer desde el espigón de Punta Sabbioni
Domingo 6 de agosto
El calor es sofocante desde primera hora de la mañana, ni siquiera el vaporetto es capaz de crear una pequeña brisa en el traslado a Venezia
El servicio de transporte público tanto por la laguna como por la ciudad se realiza con transportes acuáticos. Las tarifas dependen de la duración del viaje pero hay abonos por días si se prevé usar mucho el transporte público. Si la intención es visitar otras islas de los alrededores o estamos alojados en otro punto de la laguna, como nosotros, es indispensable el desplazamiento en vaporetto. La tarifa es algo más cara y va desde el billete sencillo de ida y vuelta por 15€, a los abonos de dos, tres o más días con los que se puede viajar libremente mientras sea válido.
Ahora bien, recomiendo patearse la ciudad y descubrir rincones donde no llegan todos los turistas, a parte de encontrar lugares encantadores, perderemos de vista a las ordas de turistas que no pasan de los alrededores de la Piazza San Marco
Empecemos nuestra ruta de dos días por Venezia
Nuestro vaporetto nos deja en el embarcadero de San Zaccaria y la panorámica de la ciudad mientras nos vamos acercando es ya espectacular con el Campanile sobresaliendo de todos los edificios.
Dividiremos la visita en seis zonas y cada uno de los días visitaremos tres de ellas.
En primer lugar el sestiere de San Marco, centro político y judicial de la ciudad además de ser el corazón de la vida veneciana. Su principal orgullo es la Piazza de San Marco, especialmente concebida para acoger el Palazzo Ducal y la Basílica y la única plaza de Venezia digna de recibir el nombre de piazza, el resto son tan solo campi. A lo largo de su existencia, la Pizza de San Marco ha sido testigo de innumerables acontecimientos históricos y los turistas que hasta ella llegan se cuentas por miles cada día. En el extremo sudeste se encuentra el Palazzo Ducal que comenzó siendo un castillo fortificado en el siglo IX, aunque el edificio actual es del siglo XIV y XV. Desde los comienzos de la República es sede del Gobierno, Palacio de Justicia y residencia del dux. Desde el Ponte de la Paglia, primer puente que une el sestiere de San Marco con el de Castello, es desde donde mejor se observa el Puente de los Suspiros, que une el Palacio Ducal con los antiguos calabozos y que, según cuenta la leyenda, su nombre provine de los lamentos de los presos que se dirigían al tribunal de la Inquisición.
La Basílica de San Marco es una mezcla única de influencias orientales y occidentales que fue construida para albergar los restos de San Marco robados, en una demostración de poder, en Alejandría (Egipto). El edificio actual es el tercero que se erigió después de ser pasto de las llamas y de ser derribado.
En la misma plaza se levanta, también, el Campanile que ofrece unas vistas espectaculares de la ciudad. Y se suman elegantes cafés y bonitas tiendas bajo las arcadas del Procuratie
En los aledaños se concentran tiendas y hoteles de lujo y el Gran Canal queda enmarcado por majestuosos edificios que fueron, en otros tiempos, residencias de grandes familias venecianas.
Aunque parezca mentira es posible alejarse del algarabío de los turistas (muchos creen que Venezia es solo la Piazza San Marco y alrededores) adentrándose por los callejones donde descubriremospreciosos rincones, románticos puentes y pequeños palacios, quizás, incluso, ambientados con canciones italianas que acompañan a las góndolas que cruzan los canales.
Continuamos por el sestiere de Dorsoduro cruzando por el Ponte dell’Accademia. Al oeste de este tranquilo barrio se erige una de las obras arquitectónicas más impresionantes de Venezia, la iglesia barroca de Santa Maria della Salute y en la punta más oriental el promontorio de Dogana di Mare ofrece un panorámica que abarca San Giorgio Maggiore, la zona este de Giudecca y la rivera norte del Gran Canal. Hacia el este, y de camino al Ponte di Rialto, atravesamos varios campos y apacibles canales con pintorescas residencias.
Acabamos el día en el sestiere de San Polo y Santa Croce donde se encuentra la curva más alta del Gran Canal y donde, se cree, se asentaron los primeros habitantes de Venezia. Es una de las zonas más bulliciosas de la ciudad con mercados, tiendas, bares y restaurantes y con el puente más fotografiado y más concurrido de toda la ciudad, el Ponte de Rialto con bellas balaustradas desde donde observar el ir y venir de góndolas, taxis y vaporetti en el Gran Canal
De vuelta al camping se avecina una tormenta que refresca algo el ambiente, tenemos la esperanza de que mañana el día sea algo más fresco.
Tras una ducha reparadora, nos ponemos guapos y vamos a cenar al restaurante Sotoriva, muy cerca del camping, y que a juzgar por la cantidad de gente que hay, no debe comerse mal.
Efectivamente, los spaguetti a la vongole, los gnocchi al frutti di mare y la pizza de prosciuto no decepcionan.
Lunes 7 de agosto
La lluvia de ayer a penas ha dejado rastro, quizás dos o tres grados menos, pero el calor vuelve a ser insoportable.
La visita de hoy nos lleva hasta un de las islas más bonitas y coloridas de la laguna, Burano. Con pequeños canales flanqueados con casa de vistosos colores, es posible visitarla en una hora, preferiblemente a primera hora de la mañana antes de que lleguen los grupos de turistas en masa. No os ciñáis al canal principal bordeado de tiendas y restaurantes, pequeños rincones con preciosos tonos pueden encontrarse si nos perdemos por los alrededores.
Siguiente parada Torcello. Aunque antiguamente fue una de las islas mas poblada y una próspera colonia con palacios e iglesias, hoy a penas quedan 60 habitantes, una catedral bizantina fundada en el año 639 d.c. (la más antigua de la laguna) y la iglesia de San Fosca
Desde este punto, el vaporetto nos deja en el embarcadero de Fondamente Nuove, al norte de Venezia, ideal para perdernos por el sestiere de Cannaregio, el más septentrional de los barrios y el más habitado de todos. Por ello, quizás, es el que conserva más la esencia italiana y en el que se respira un ambiente más local sin olvidar los canales, callejones y bonitos campos sin el bullicio de la Venecia más turística. Cabe destacar el Campo dei Mori, la iglesia de Madonna dell’Orto y las fondamente que conducen a estos lugares, repletos de tiendas y comercios donde acuden, principalmente, lugareños.
Cruzamos al sestiere de Castello desde el Ponte de Rialto para acabar la tarde antes de volver al camping con el vaporetto. Y con este barrio, sumamente repleto de turistas por su cercanía con la Piazza San Marco, finalizamos nuestra visita relámpago a Venezia, la Dama de la Laguna.
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