Por VENECIA JOAQUIN
Fecha: 22 octubre, 2017
La sociedad dominicana se tambalea por la falta de una plataforma firme, sustentada en valores morales, cívicos, cristianos. Por ese motivo, debemos ser exigentes con la forma de actuar, con el comportamiento de sus fuentes de aprendizaje. Los medios de comunicación están dentro de ellos.
Lamentablemente, algunos comunicadores arremeten contra parámetros ejemplares, de donde puede salir la esencia que eleve la sociedad. Tienden a utilizar su intelecto con criterios comerciales, para hacer fortuna. Suelen retorcer informaciones, confundir, sobornar sin importarle que hundan la patria. Cada vez que hablan, el oyente suspicaz sabe que busca, que necesita, hacia donde va.
A esos comunicadores, los temas que afectan la mayoría, a los pobres, no les interesan, solamente lo aparentan. Defienden ricos, poderosos activos. Los adulan con calificativos y sobrenombres glamorosos, mientras retuercen informaciones de personajes históricos, hasta de Jesucristo.
Algunos se autodefinen intelectuales, enciclopedia humana. Buscan destacarse, escalar, inspirar respeto, actuando con aire de superioridad. En la práctica, nada pueden exhibir. Todo es teorizar y ante un mismo hecho, no hay criterios normativos, depende del objetivo.
Tenemos héroes, paradigmas, que deben ser preservados, respetados, recordados con orgullo. Dentro de ellos, los Padres de la Patria, Duarte, Sánchez, Mella, quienes lucharon por la libertad, democracia, independencia, por el bienestar de la nación, exponiendo su vida, bienes, familia, tranquilidad. A lo largo de la historia se ha acentuado el coraje, visión y entrega que los caracterizó.
En este momento, en que se destaca la cultura de corrupción e impunidad; en que llueven las informaciones sobre ladrones, asesinos, sicarios, corruptos, sobornados y no pasa nada; en medio de ese fango, debemos destacar las virtudes de los héroes nacionales. Urge enfatizar lo mas hermoso de su conducta, para que sirvan de modelo a nuestros hijos, nietos, a la nueva generación. Estos titanes son algo así como la bandera nacional que al verla flotar, recuerda el camino a seguir.
Lamentablemente, como si quisiera destruirlos y hundir la nación, aparece un comunicador llamado Alvarito Arvelo, bañando de lodo a uno de los
parámetros ejemplares que tenemos: Duarte. No me sorprende. Es su forma de llamar la atención, de promover su servicio.
Comunicadores como Alvarito saben, que el más horrible asesinato en masa se efectúa disparándole al alma de la sociedad; destruyendo sus símbolos; promoviendo irrespeto a todo lo bueno, sagrado, correcto, al buen hablar y peor aun, utilizando epítetos soeces contra los héroes nacionales.
Sin embargo, los que han tenido como negocio alabar poderosos, tienen como estrategia promocional, recordarles a posibles clientes sus habilidades y fuerza, lanzando bombas verbales contra valores morales, cívicos y hasta religiosos. El mensaje es “atiéndeme, hago lo que me da la gana porque soy intocable” Con profunda tristeza reconozco que es verdad ¡la medicina que reciben, es peor que la enfermedad!
Alvarito disparó contra Duarte, contra el alma de la nación. Lo hizo, como si sintiera envidia por el sitial en que lo tenemos por su trabajo valiente, desinteresado y honesto, a favor de la independencia de la República; como quien desea elevarse por encima del patricio, le lanzó calificativos denigrantes, ofensivos, absolutamente irrespetuoso. Lo llamó “charlatán, cobarde, depresivo, homosexual, canalla, histérico, vacilante, irresponsable”.
Dicen que Alvarito se proyectó, que hizo catarsis sobre lo que le asquea de sí. De ser así, debió ser cuidadoso al vomitar. No hacerlo cerca del Padre de la Patria y menos, acusarlo del hecho. Eso es gravísimo.
En este momento, la sociedad necesita las luces hermosas de nuestros héroes. Debemos buscar mecanismos para destacarlas, para neutralizar los antivalores e informaciones retorcidas que llegan a la población. Luchemos por una nación despejada de lacras sociales, como aspiraban los Padres de la Patria; una nación que se levante sobre base firme de libertad, honestidad, justicia y paz.
JPM Editado en Neiba, Cabecera de la Provincia Bahoruco, República Dominicana. Contacto: herasmeinteractivo@gmail.com