Se acerca la época del carnaval, una de las tradiciones más antiguas de Europa, derivada de las antiguas fiestas romanas. En Italia se celebran dos de los más famosos carnavales de Europa, muy distintos entre sí: el de Venecia y el de Viareggio (Toscana).
El de Venecia es seguramente el más clásico de los carnavales (ya se celebraba al menos desde 1094), con sus elaboradísimos trajes y las características máscaras. La fiesta se extiende durante tres semanas (este año, entre el 26 de enero y el 14 de febrero) en las cuales se celebran múltiples eventos por las calles y plazas de Venecia: concursos de disfraces, representaciones musicales y teatrales, tenderetes con comida, una pista de patinaje sobre hielo… Es una celebración popular llena de colorido y magia, una de las más populares entre los venecianos.
El carnaval de Viareggio, por otro lado, es mucho más parecido a lo que estamos acostumbrados aquí, ya que el plato fuerte es un gran desfile de carrozas. Y desde luego, se trata de unas señoras carrozas, verdaderas obras de arte. La ciudad tiene incluso un museo dedicado a este importante evento, en el que se explica la historia, técnicas de construcción de las carrozas, etc. Este carnaval dura un mes (este año, del 3 de febrero al 3 de marzo) y cada fin de semana hay una desfilada de carrozas, para la cual hay que pagar (y merece la pena). Aunque es mucho posterior que el de Venecia (comenzó a celebrarse en 1873), se ha convertido en el segundo más importante del país.