Al día siguiente de las elecciones se registró una gran cacerolada.
A lo largo de la noche del lunes, se registraron en Venezuela 7 muertos y 135 detenciones. El Aissami responsabilizó a Capriles y al gobernador de Lara, Henri Falcón, de lo que pudiera ocurrir en el país. “Basta de tanta impunidad, asuman su derrota como lo hemos hecho de manera firma y democrática”, declaraba el gobernador quien informaba de la incautación de explosivos y de la detención de presuntos paramilitares en su estado. “Hay pruebas y estamos esperando que transcurran estos días. Saldrán más verdades”.Nicolás Maduro atacó sin contemplaciones a Capriles, llamándole “cobarde asesino”,responsabilizándole de las muertes por haber llamado “a la violencia a la calle” y asegurando que el líder opositor se las verá con la justicia “más temprano que tarde”.
Por su parte, el líder opositor, Henrique Capriles denunciaba que había sido el Gobierno de Maduro el que organizó las protestas violentas para evitar el recuento de votos. Capriles habíareiterado que hasta que se hiciese el recuento de todos los votos de las elecciones del domingo no reconocería el triunfo de Maduro, a quien consideraba presidente “ilegítimo”, y llamó a sus seguidores a que demandasen de forma pacífica ante las sedes regionales del CNE el recuento de todos los votos. “El ilegítimo y su Gobierno ordenó que exista violencia para evitar el conteo de los votos ¡Ellos son los responsables!”, escribió Capriles en su cuenta de Twitter. Pero el ministro de Exteriores, Elías Jaua, mostró vídeos con imágenes de ataques a personas que celebraban la victoria. Aseguró que fueron atacadas sedes del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y centros médicos. Y que fueron “asediadas” las viviendas de varios funcionarios, entre ellas la residencia de Tibisay Lucena, presidenta del CNE (Consejo Nacional Electoral).
A su vez, Maduro, presidente electo de Venezuela, investido rápidamente como presidente para evitar cualquier paso atrás en un presunto recuento que difícilmente llegaría, prometió aplicar “mano dura contra el fascismo” y denunció que los grupos opositores planearon un golpe de Estado en su contra. “Esto es responsabilidad de quienes han llamado a la violencia, quienes han desacatado la Constitución y las instituciones”, dijo en cadenas de radio y televisión. Frente a la exigencia de Capriles que exige un recuento de todos los votos, uno a uno, se levantó el desprecio de Maduro por parte de Capriles, pese al estrecho margen de votos entre uno y el otro (50’67 del primero frente al 49,07%). Maduro se autoproclamó vencedor y no escuchó a su opositor, no permitiendo la marcha opositora por la capital, Caracas, “para evitar más violencia en las calles”. Sólo 300.000 votos separaron a Capriles del vencedor de estas elecciones. El candidato opositor no reconoce el resultado y presenta un documento con 3.200 incidencias electorales.Pero, ante el aumento de incidentes y de muertos, Capriles desconvocaba la marcha la noche del martes. “He tomado la decisión: no vamos a movilizarnos y les pido a todos mis seguidores recogerse. Quien salga a la calle está del lado de la violencia y hace el juego al Gobierno”, indicaba el líder opositor en una conferencia de prensa, advirtiendo que “ser pacífico no es ser más débiles” pero sin reconocer la victoria de Maduro “hasta que se haga el recuento del 100 % de los votos”. Recordó que el día de las elecciones se hicieron denuncias de 535 máquinas de votación que se dañaron. Y apuntó que testigos de la oposición fueron “retirados a la fuerza de 283 centros electorales, incluso bajo amenazas con armas de fuego”.
Maduro, por su parte, ha denunciado que el “fascista” Capriles pretende “matar a la revolución” y entregar la “patria venezolana al imperio estadounidense”. Señaló a Estados Unidos de estar detrás de los cortes eléctricos y de “intentar apagar el país durante tres días”, además de cortar el suministro de alimentos y de emprender “una guerra brutal”. Y el presidente electo indica que asumir la “batuta” de Chávez es una “tarea difícil”. “Pero soy el primer presidente 'chavista' y voy a cumplir su legado”.
Por su parte, la Unión Europea se muestra prudente a la hora de reconocer los resultados electorales de las elecciones presidenciales en Venezuela que dieron la victoria al candidato oficialista, Nicolas Maduro, y ha dejado claro que su reconocimiento de éste como presidente dependerá de cómo evolucione la situación sobre el terreno. “Estamos siguiendo los acontecimientos en Venezuela muy de cerca. Estamos preocupados por la creciente polarización que vemos en el país. En particular, deploramos la pérdida de vidas en las horas recientes”, explica la portavoz de la Alta Representantede Política Exterior y de Seguridad Común de la UE, Catherine Ashton, en declaraciones a Europa Press. “Estamos pidiendo a todas las partes que se impliquen en un diálogo pacífico y que rechacen la violencia”, precisa la portavoz. La UE ha vuelto a defender en todo caso la petición a favor de un nuevo recuento de los votos. “Creemos que es importante que el resultado de la votación pueda ser aceptado por todos y los recursos sean debidamente considerados por las autoridades competentes venezolanas”,justifica la portavoz de Ashton.
Todo parece indicar que el Príncipe de Asturias no asistirá este viernes a la toma de posesión del presidente, Nicolás Maduro, a pesar de que el Gobierno español ha reconocido su victoria en los contestados comicios del domingo pasado. La división del país y el clima de violencia generado como consecuencia del ajustado resultado electoral parecen ser los motivos de esta decisión.