Venezuela. Crónica desapasionada para demócratas laicos (I)

Publicado el 26 abril 2010 por Javierm

[...] Cuando Chávez hizo aprobar las llamadas leyes habilitantes, especialmente la de tierras (que, tímidamente, buscaba acabar con el latifundio), la de costas (que, tímidamente, buscaba recuperar el litoral para la nación) y la de hidrocarburos (que, tímidamente, devolvía al país parte del control del petróleo), la respuesta del poder tradicional fue de total confrontación: primero una huelga general –en realidad un lockout-; luego un paro patronal como tal; más tarde un sabotaje de la industria petrolera y, finalmente, un golpe de Estado tradicional. Como quiera que eso fracasó, le siguió otro paro patronal, una kale borroka caribeña (con los ricos incendiando la calle a la puerta de la propia casa en las zonas ricas), un intento de crear una contra al estilo nicaragüense, esfuerzos en pro del magnicidio, ataques en la prensa, presiones jurídicas internacionales, acusaciones para convertir a Venezuela en un estado terrorista, infiltraciones de paramilitares colombianos en la frontera y en Caracas, etc., etc., etc. Y allá donde la tradición contaba la historia de presidentes derrocados, asesinados y/o alejados del poder, Chávez, después de desalojado del poder, regresó. Como Lázaro. Algo con mucho poder en pueblos que tienen que creer porque no pueden permitirse el lujo de saber. Chávez vino de la cárcel y luego del más allá. Mágico. Realismo mágico. Pero con magia blanca. [...]

[...] Desde entonces, razones para estar alerta no le faltaron ni le faltan al Presidente Chávez. Razones de dentro y razones de fuera. Lo sucedido en Honduras, donde se puede derrocar a un Presidente y no pasa nada, llama a reflexión. La doctrina Obama en Centroamérica ha dicho que puedes ganar las elecciones, pero que eso no significa que tengas derecho a mandar. Eso sí, con una sonrisa y con gestos simbólicos (e importantes) hacia la ciudadanía interior. La política exterior siempre es la política exterior. Desde la revolución neolítica. El comportamiento de la Colombia malcriada por los Estados Unidos, es otro factor de preocupación. Incluso un país –como hizo Uribe- puede bombardear a otro si el argumento lo otorga la sacrosanta lucha contra el terrorismo. Aunque desencadene una guerra donde caerán muchos seres humanos. En Cuba moría lamentablemente un ex preso común devenido preso de conciencia, mientras que en Macarena, al sur de Bogotá, aparecía una fosa común con 2000 civiles asesinados (no uno ni dos ni tres ni diez ni cien ni quinientos ni mil) por el ejército colombiano de Álvaro Uribe, especializado en matar a campesinos y sindicalistas y disfrazarlos de guerrilleros para cobrar por ello. En ese contexto ¿quién va a dar lecciones de democracia? Los herederos de la Cristiandad tienen una cruz como efigie. Y cuando te descuidas, te crucifican. Los obispos ven más porcelana que latón. La porcelana va bien con la delicada piel de sus manos. El latón, araña.[...]

Sigan allí si les apetece, en este artículo del profesor Monedero.

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