¡Ya ni mencionan a Guyana! Si ese show fue un fracaso, tendrán que montar otro en Colombia y si todo esto es un “trapo rojo”, igual debemos abordar el tema para develar la manipulación de un gobierno que no se ocupa de los reales problemas del país.
Al montar su tramoya, Maduro obvió que Cuba tenía una vieja alianza política con Guyana e intereses económicos que pesan demasiado, más ahora con esos amores entre los Castro y el imperio.
Luego presionaron los chinos como socios de los gringos en ExxonMobil. Y para colmo, Capriles va a la OEA y en la práctica obligó a Maduro a reconocer el Acuerdo de Ginebra ante el escenario internacional, dejando sin gasolina a la hoguera.
Sin embargo, el gobierno sigue buscando a un enemigo externo que justifique su fracaso, procura un zaperoco internacional para distraer la atención y boicotear las elecciones.
Es decir, la necesidad de un “Dakazo Patriotero” persiste y están obligados a cambiar el epicentro del conflicto.
En la confrontación con Colombia subyacen ajustes de cuenta, mafias, militares corruptos, guerrilla y otros intereses, pero la operación tiene una motivación política.
¿Por qué Colombia? El conflicto con Guyana nunca permeó al pueblo venezolano pues la distancia cultural es muy grande, casi no hay guyaneses en nuestro país y ni siquiera hablamos el mismo idioma, no es el caso de Colombia.
Percibimos a Guyana muy lejos y al contrario, la “hermana república” es un sentimiento. Así las cosas, el impacto político del conflicto en Venezuela es mucho mayor y eso es lo que aspira el gobierno: no busca una guerra que sabe perdida, intenta generar conmoción interna.
Por otra parte, la frontera con Colombia es realmente viva, lo que permite introducir en la controversia la perorata sobre los paramilitares, el contrabando, la venta de Dólares y otros temas que no aplican en la frontera con Guyana.
Además tienen como aliados a las FARC y a otros grupos irregulares. También está en escena el ex presidente Uribe, intentando capitalizar políticamente la flagrante violación a los DDHH y actuando sin querer, como otro aliado del gobierno venezolano.
Por su parte, el presidente Santos está obligado a responder a “su mejor amigo”, incluso a mover fuerzas militares antes de que el conflicto se exprese como un problema interno asociado al nacionalismo y se convierta en una derrota política para él.
Quizás esto juegue a favor del gobierno venezolano pero en su contra pesa el descrédito e inmenso rechazo, la abismal pérdida de credibilidad y de confianza en quienes actualmente ejercen el poder en Venezuela.
Nadie les cree el cuento de la guerra económica, ni les creyó el teatro con Guyana y hoy la gente sabe que este pleito con Colombia es otro show, sabe que los verdaderos culpables de la actual crisis social y económica es este gobierno inepto y corrupto que solo sirve para hablar pendejadas y generar conflictos, no para aportar soluciones.
El país intuye que todo esto es una maniobra para evitar una derrota electoral el 6D y con certeza, la respuesta del pueblo será hacerla realidad. @richcasanova Colaboración especial para LatinPress®. http://www.latinpress.es