"Gracias a todos por las oraciones, porque sé que mucha gente estuvo orando al igual que yo lo hacía. Yo creo que sin ustedes ese impulso no se hubiese logrado", dijo la joven periodista, jefa de corresponsales de Globovisión.
Nairobi Pinto fue liberada en la madrugada del lunes en Cúa, capital de Urdaneta, 60 kilómetros al sur de Caracas en el Estado de Mirada. La periodista se presentó por sus propios medios en un hospital.
El ministro de Interior, Miguel Rodríguez Pinto, aclaró que los captores hicieron llamadas durante el cautiverio de la joven: "Llamadas hubo, pero siempre se mantuvo la confidencialidad para garantizar la vida de Nairobi", dijo el funcionario chavista, quien acusó "a gente que actuó irresponsablemente. Como autoridades, siempre actuamos para proteger la vida de la víctima".
"Insisto: hay un tema de inseguridad que estoy pidiendo y no puedo dar más detalles. No puedo decir cuántos eran porque siempre estuve con los ojos cerrados. Me trataron bien,nunca me tocaron, siempre tuve tres comidas. Pero no pude ver ninguna cara", aclaró Pinto luego de la conferencia.
El ministro de Interior dejó algunas señales que parecen contradecir la versión de la periodista, que se limitó a calificar su secuestro de un hecho de inseguridad en Venezuela. Rodríguez Pinto hizo hincapié en que Nairobi Pinto es periodista, trabaja en la pastoral social de la Iglesia y estudia en la Universidad Central de Venezuela; "No hemos querido hacer ninguna especulación, pero ¿quién gana con ésto?" dijo el funcionario. "A medida que tengamos respuesta a esa pregunta, podremos acercarnos a la solución del caso".
Por el momento, el funcionario dijo que "no hay detenidos" porque no hubo operativo policial de por medio. "Ella fue liberada en un hospital", dijo Rodríguez Pinto, que respondió sólo tres preguntas de la prensa.
El domingo 6 de abril, a las 4:30 PM de Venezuela, una pareja de encapuchados interceptó a Pinto mientras salía de su domicilio en la capital venezolana y se la llevó secuestrada. Su padre fue testigo del momento exacto. "Me encañonaron. Ella venía del mercado y se la llevaron", repitió varias veces con cara de desconcierto. "No nos han llamado", agregó entonces conmocionado.
Desde entonces, nunca hubo comunicación de los captores con la familia. Durante su cautiverio, amigos y colegas hicieron vigilias y oraciones para que fuera liberada de manera inmediata. El secuestro había conmocionado a la sociedad venezolana, que se debatía entre considerar la desaparición como un hecho de delincuencia común o un rapto con trasfondo polìtico. VÍA INFOBAE