Juan Martorano
Lo que viene sucediendo con el reclamo del territorio Esequibo y los hechos de la desestabilización y tensiones acumuladas en el estado Bolívar no podemos verlo como hechos aislados y sin conexión. Debemos concatenarlos y tomarlos muy en cuenta, porque este sería el tan ansiado “Bengasi” del que habló el Presidente Nicolás Maduro, para extender la desestabilización en Venezuela. Bolívar en estos instantes, adopta una importancia capital, la cual no está siendo tomada en cuenta por la Alta Dirección Política de la Revolución, y si por sus enemigos.Pero como introducción a esta continuidad de trabajos que he venido realizando, hay que hacer un muy breve recuento histórico de esto, para poder entender el complejo contexto de esta conspiración en esa región estratégica.
Corrían los tiempos del pretendido incólume y muy eficiente período cuarto-republicano al mando del Zar de Guayana, el inefable, Leopoldo Sucre Figarella, Ministro-Presidente de la Corporación Venezolana de Guayana, vale decir, la última década del Siglo XX y el inocultable tufo a podredumbre administrativa y gerencial se percibía por todo el gigantesco parque industrial, asentado en el ámbito del Municipio Caroní del Estado Bolívar. La consolidación de un sistema operativo que por casi cuarenta años había permitido la creación de toda suerte de “grupos de presión”, las más de las veces constituidos por un deslumbrante concierto de funcionarios de alto nivel, en corrida con una alegre trouppe de mercaderes y traficantes de toda laya y estirpe, se posesionaban una vez más de los apetecibles territorios, situados al sur del Orinoco, a la vieja usanza de los Capitanes Generales y Encomenderos del Imperio Español del Siglo XV, siempre acechados por filibusteros y mercachifles, anglosajones-holandeses o franceses, prestos al “topo a todo” por el oro y los diamantes de los años primigenios, ahora con el añadido de las forjas industriales del fierro y el acero, y en los que sólo cambia la indumentaria de los escuadrones de pillastres.
Pero, aprendiendo de nuestros hermanos indígenas, debemos acostumbrarnos a resistir grandes presiones, ellos lo han hecho históricamente, y si ellos pudieron: ¿Por qué no nosotros?
La situación económica, la falta de alimentos, y la sobre explotación están minando las bases sociales que respaldan este proceso revolucionario y pudieran conducirnos a escenarios no deseados. Debemos tomar muy en cuenta esto. Parte de estas conclusiones es producto de una observación minuciosa y acuciosa de los acontecimientos.
La verdadera indignación es lo que hay en nuestro pueblo, la realidad concreta supera la narrativa de estas líneas, pero debemos estar muy conscientes de lo que está en juego, por lo que nos estamos conduciendo en un escenario verdaderamente complicado y difícil.
Y sobre todo un escenario difícil para la crítica. Y aquí cabe la pregunta, que sería peor dentro de un proceso revolucionario: ¿Hablar, develar los errores con su correspondiente aporte para solucionarlo, o callar? Y aquí es en donde muchos nos preguntamos el por qué de la falta de implementación de medidas y leyes inexorables, como lo hubiese dicho nuestro padre Libertador.
Es por ello, que considero muy importante que redoblemos las acciones, de dar respuestas a nuestro pueblo para poder avanzar. Pienso que la vaina está muy fea para la foto, como expresarían algunos.
El pueblo del estado Bolívar, un estado que puede ser utilizado como “cabeza de playa” para esta nueva oleada desestabilizadora, no aguanta más, y esa es la realidad que se puede palpar al recorrer las calles de Ciudad Bolívar, de Ciudad Guayana, y de cualquier municipio en ese entidad federal.
En estos días se ha tratado de distraer la atención del pueblo con la Feria del Orinoco, que antes llamaban de la Sapoara. Pese a que se amplió el nombre, puesto que no se limita sólo a un pez, nadie habla de que la contaminación a nuestro padre río prácticamente mató a las sapoaras, porque ni hasta eso ahora tiene ese noble pueblo. Como tampoco se tienen respuesta de los entes e instituciones del Estado allá. Como quien dice: “Hambre es hambre”.
Pero la situación económica hay que verla holísticamente, desde la geopolítica, tanto nacional como internacionalmente. Por una parte el precio del dólar, la inestabilidad de los precios del petróleo, la crisis mundial, entre otros aspectos de gran relevancia como la caída del yen y la jugada que hicieron los chinos con el yuan, la crisis económica de los Estados Unidos; y en lo nacional con el asesinato de Hugo Chávez son aspectos a considerar en el análisis.
También destacar la asunción a la Presidencia de la República Bolivariana de Venezuela de Nicolás Maduro y las fuertes presiones por parte de la derecha y los arlequines del imperio, pero también la corrupción, la delincuencia. No podemos echar por la borda ni desconocer los grandes esfuerzos que se están haciendo desde el Estado para contener estos ataques, pero no han podido ser mucho más contundentes y efectivos.
Allá está también el estado Bolívar, con los sindicatos y las mafias del oro, la explotación alimentaria hasta el punto de liderar las entidades federales con mayor escasez de alimentos, la falta de transporte, lo que demuestra que, al igual que el Chile de Allende, el sector transporte está metido hasta los “teque teque” en la conspiración desde Guayana. Estas son solo muestras de la situación verdaderamente crítica que se está viviendo.
Muy fuerte la situación que allá se vive, los fuertes conflictos, las controversias entre sectores de poder, sobre todo la corrupción en dicho estado. Y eso es lo que hace que dicha entidad federal, por sus múltiples características sea un estado sumamente crítico desde el punto de vista político. Y al parecer, lamentablemente debo escribirlo, como un gran laboratorio para un ensayo golpista.
Pareciera que la dirigencia política revolucionaria se sienten como dioses del Olimpo, y la falta de aplicación de medidas oportunas es lo que está matando el proceso allá y en muchas partes de nuestra geografía nacional. Sobre todo contra los hambreadores de nuestro pueblo, se han tomado medidas, pero las mismas no han sido oportunas.
Debemos reconocer los esfuerzos que está haciendo Nicolás Maduro y Diosdado Cabello para no ceder a los intereses y presiones de los grandes grupos. No hay que ser pítoniso, pero cualquiera pudo darse cuenta que una vez que en la conspiración se logró asesinar a Hugo Chávez lo primero que ocurrió fue la escalada incontrolable del precio del dólar, y lamentablemente caímos en la trampa, en la cual se prestaron grupos económicos dentro de nuestro propio gobierno.
En estos momentos comprendo cosas con mucha mayor claridad, sobre todo el por qué Chávez puso a Nicolás Maduro al frente de los destinos del país. A pesar de que no la ha tenido nada fácil. Chávez lo conocía muy bien, sabía de lo que nuestro actual mandatario sería capaz de hacer para mantener el poder y la Revolución Bolivariana, por lo menos en teoría.
Y digo en teoría porque aún nos falta mucho para la revolución y el socialismo.
Sigo haciendo votos para que el Presidente Nicolás Maduro siga siendo capaz de resistir las agresiones y comprender aún más a Chávez, el gran maestro. Porque Chávez vio en él aptitudes pese a las contradicciones existentes. Maduro ha mostrado coraje y ser aguerrido en momentos duros, resguardando el legado, poco a poco.
Pero los grandes grupos de poder siguen presionando, y aquí cabe la gran pregunta: ¿Qué hacer? Y sobre todo: ¿Qué hacer en el estado Bolívar? ¿Qué hacer en cuanto a la producción de alimentos y el fortalecimiento de nuestra moneda? ¿Qué hacer con la crisis? ¿Cómo enfrentarla? Al parecer el laboratorio imperialista desestabilizador se mudó para el estado Bolívar. Allá se incrementan la cifra de muertos por el hampa, no hay alimentos, agua y apagones constantes, sumado a los problemas del transporte, y que ´éste es un estado fronterizo y estratégico rodeado de agua dulce y salada, grandes yacimientos y mucha vegetación.
Le están dando duro a ese pueblo y a nuestro pueblo venezolano, y acá caben otras preguntas: ¿No se reprime al pueblo con el hambre? ¿No hay muchos colectivos descontentos? Y esto teniendo claro que debemos ganar la Asamblea Nacional, pero, en algunos casos, imponiéndonos a los candidatos y candidatas. Sólo acá hago votos porque la gran maquinaria del PSUV y por ende del Gran Polo Patriótico Bolívar-Chávez nos pueda ayudar y salir airosos de esta coyuntura.
Por ahora lo vamos a dejar hasta aquí, pero estén pendientes de próximas entregas.
¡Bolívar y Chávez viven, y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos! Abogado, Activista por los Derechos Humanos, Militante Revolucionario y de la Red Nacional de Tuiter@s Socialistas (RENTSOC).
jmartoranoster@gmail.com @juanmartorano